El sistema de aviación estadounidense es una parte importante de la economía del país, debido que transporta cientos de millones de pasajeros y miles de millones de libras de carga al año. Sin embargo, el sector de la aviación se enfrenta actualmente a varios retos, como alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, dar servicio a poblaciones más grandes a través de aeropuertos regionales y locales, gestionar el ruido de los aviones y reducir el costo de las operaciones, por nombrar algunos. A medida que la química de las baterías ha ido avanzando, muchas entidades -como la Administración Federal de Aviación, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la industria privada- han expresado su interés por conocer las aeronaves eléctricas y las oportunidades que presentan. Las aeronaves eléctricas, al igual que los vehículos eléctricos (VE), se dividen en dos tipos principales: aeronaves eléctricas híbridas y aeronaves eléctricas de batería. Los aviones eléctricos de batería requieren el uso de una infraestructura de carga en tierra entre vuelos, mientras que los aviones eléctricos híbridos pueden recargarse durante el vuelo, lo que también aumenta la eficiencia general del vuelo, aunque algunos también se cargan en tierra. Ambos tipos de aeronaves eléctricas presentan varias ventajas e inconvenientes importantes en comparación con las aeronaves convencionales. Entre las ventajas se incluyen unos costos operativos y de combustible significativamente más bajos, un funcionamiento más silencioso y, normalmente, la capacidad de generar un par motor adicional, lo que les permite despegar desde pistas más cortas. Entre los inconvenientes se encuentran los problemas de autonomía, la menor capacidad de carga o pasajeros y los tiempos de carga que interrumpirían los actuales horarios de viaje de las aerolíneas comerciales. Debido a sus ventajas e inconvenientes, es probable que los aviones eléctricos no sean tan útiles en un escenario de negocio como el habitual, en el que se situarían en grandes centros aeroportuarios para dar servicio a vuelos largos. Si los aviones eléctricos se utilizaran en un escenario más localizado, tendrían el potencial de transformar el sector del transporte estadounidense. Este informe resume un análisis de la infraestructura eléctrica que podría ser necesaria para dar servicio a los aviones eléctricos en un subconjunto de aeropuertos en los que se ha proporcionado la demanda potencial de vuelos de aviones eléctricos. Además, se ofrece una estimación de la cantidad de recursos energéticos distribuidos (DER) -es decir, energía solar fotovoltaica (FV) y sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS)- que podrían utilizarse para dar servicio a las aeronaves eléctricas en escenarios rentables. Estos datos de demanda de vuelos se utilizaron para estimar la demanda de electricidad de carga en tierra necesaria para dar servicio a los aviones eléctricos regionales. Varios aeropuertos de este estudio ofrecieron voluntariamente sus datos de demanda eléctrica de referencia mensuales y por intervalos para construir un perfil de demanda eléctrica de referencia de aeropuerto prototípico que pudiera escalarse.
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