Más de un tercio de las pérdidas aseguradas relacionadas con el clima en las últimas dos décadas, que suman 600.000 millones de dólares, se atribuyen al cambio climático. Con las tendencias actuales, las pérdidas aseguradas podrían superar pronto los 150.000 millones de libras esterlinas al año. El aumento vertiginoso de las reclamaciones por destrucción económica relacionada con el clima está impulsando un rápido incremento en las primas de seguros, lo que hace que el seguro sea inaccesible para muchas comunidades, volviendo algunas actividades y localidades inasegurables y socavando los modelos de negocio basados en la agrupación de riesgos de las aseguradoras. Sin embargo, asegurar la extracción de combustibles fósiles (la actividad responsable del daño climático) sigue siendo un negocio lucrativo para las aseguradoras y reaseguradoras. Por lo tanto, los miembros de la industria aseguradora del Reino Unido deben pivotar urgentemente de facilitar la expansión de los combustibles fósiles a respaldar la transición hacia la energía limpia. El papel crítico de la industria del seguro radica en las decisiones que toma sobre qué riesgos asumen las industrias y la sociedad, así como en qué tecnologías se apoyan o se consideran de alto riesgo.
El seguro es esencial para reducir riesgos y posibilitar tanto el desarrollo de combustibles fósiles como el de energías renovables, siendo, a menudo, un requisito previo para la inversión. Las aseguradoras eligen qué sectores apoyar. Por ello, es crucial introducir incentivos regulatorios para orientar estas elecciones y poner fin a la significativa contribución de la industria aseguradora al cambio climático. Actualmente, el mercado de seguros de energía renovable representa menos del 30 % del mercado de seguros de combustibles fósiles, una desproporción que amenaza con obstaculizar la inversión en energía limpia. No obstante, las aseguradoras han evitado el nivel de escrutinio que enfrentan las empresas de combustibles fósiles. Este informe destaca el papel de los seguros en el cambio climático, centándose especialmente en los principales facilitadores de combustibles fósiles dentro de la industria. Londres es el mayor mercado de seguros especializados del mundo (casi el doble de grande que su competidor más cercano) y representa una cuarta parte del PIB de la City de Londres. Lloyd’s of London posee más de la mitad de esta participación y es, en conjunto, el mayor asegurador de combustibles fósiles del mundo, con un 9 % del mercado global.
Las aseguradoras invierten sus ingresos por primas y, en consecuencia, también son grandes propietarias de activos. A nivel global, las compañías de seguros gestionan más de 27 billones de libras esterlinas en activos, mientras que las aseguradoras del Reino Unido administran 1,8 billones de libras esterlinas. Estos fondos podrían y deberían estar respaldando un futuro basado en energía limpia, en lugar de financiar la exploración de más combustibles fósiles, cuya quema es universalmente reconocida como insostenible si se pretende garantizar la seguridad de las sociedades y el crecimiento económico de empresas y naciones. La quema de combustibles fósiles representa más del 75 % de las emisiones actuales de gases de efecto invernadero. La Agencia Internacional de Energía (AIE) advierte que alcanzar emisiones netas cero requerirá una drástica reducción en el consumo de estos combustibles. En cualquier escenario que limite el calentamiento global a 1,5 °C, no deberían permitirse nuevos yacimientos de petróleo y gas, minas de carbón ni ampliaciones de minas.
En la cumbre climática COP28 de 2023, celebrada en los Emiratos Árabes Unidos, el acuerdo final negociado incluyó por primera vez un llamado explícito a la «transición lejos de los combustibles fósiles». Sin embargo, la industria del petróleo y el gas continúa expandiendo su producción en lugar de reducirla. Los ocho mayores productores con sede en EE.UU. y Europa proyectan un aumento del 17 % en su producción combinada para 2030, en comparación con los niveles de 2023. La producción acumulada de petróleo y gas hasta 2050 amenaza con agotar más del 30 % del presupuesto de carbono restante necesario para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Si bien un calentamiento significativo sigue ocurriendo dentro de este umbral, se considera más seguro que las consecuencias peligrosas de superarlo. No obstante, la expansión global de la producción de combustibles fósiles podría llevar al mundo a una trayectoria de calentamiento muy por encima de los 2 °C. Aun así, la industria sigue obteniendo cobertura de seguros para sus actividades.
La transición a fuentes de energía renovable, en particular eólica y solar, avanza rápidamente, con costos en descenso a medida que aumenta la escala. Sin embargo, este proceso debe acelerarse para mantener el mundo dentro de los límites climáticos seguros. Para lograrlo, se requiere tanto seguro como inversión, lo que plantea importantes desafíos y oportunidades para el sector asegurador del Reino Unido. Las crecientes pérdidas derivadas del deterioro climático están llevando a las aseguradoras a reevaluar sus modelos de riesgo, lo que ha generado un aumento significativo en las primas. En efecto, esto representa un costo adicional del carbono que terminan pagando los consumidores.
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