Latin America Energy Outlook 2023

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En muchos indicadores, la región de América Latina y el Caribe destaca por su extraordinaria dotación de recursos naturales -tanto de combustibles fósiles como de energías renovables- y por su historial de formulación de políticas que han dado lugar a uno de los sectores eléctricos más limpios del mundo. La expansión de tecnologías de energías renovables como la hidroeléctrica y la bioenergía, impulsada inicialmente por la seguridad energética, se ha visto impulsada más recientemente por un compromiso cada vez mayor con la sostenibilidad. Dieciséis de los 33 países de la región se han comprometido a alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo o antes, y la mayoría han presentado objetivos climáticos actualizados y cada vez más ambiciosos vinculados al acuerdo climático de París de 2015. En apoyo de los objetivos energéticos de América Latina y el Caribe, este informe explora las oportunidades y los retos que se avecinan, proporcionando una visión de las formas en que el futuro energético de la región y las principales tendencias mundiales están profundamente entrelazadas. Un activo clave para la región es su suministro de electricidad con bajas emisiones. Esto sienta las bases para otros aspectos clave de las transiciones energéticas, como la fabricación limpia extensiva de bienes industriales y la producción de combustibles como el hidrógeno bajo en emisiones. Los recursos y la gran experiencia en bioenergía sostenible también sitúan a la región a la cabeza de los combustibles sostenibles para el transporte, tanto a escala nacional como mundial. Mientras tanto, la electrificación mundial del transporte y la expansión de las redes eléctricas están generando un auge de la demanda de minerales críticos como el cobre, el litio, los elementos de tierras raras y el grafito. Las abundantes reservas de estos minerales sitúan a la región en una posición privilegiada para ampliar la producción con el fin de satisfacer las necesidades de la transición mundial hacia energías limpias, con potencial adicional para ascender en la cadena de valor hacia el refinado y la transformación. Aprovechar estos beneficios exigirá una visión estratégica clara, políticas públicas sólidas y amplias asociaciones entre gobiernos y otras partes interesadas. Los países de la región deben diseñar y aplicar políticas y normativas que atraigan inversiones sustanciales, garanticen la sostenibilidad y permitan transiciones justas y equitativas. Esto incluye superar los retos pendientes en materia de acceso a la energía, al tiempo que se crea empleo y se estimula la innovación en los sectores emergentes de energías limpias. La gestión de esta transición requerirá la cooperación de un amplio conjunto de partes interesadas dispuestas a adaptarse e innovar a medida que cambien las necesidades locales y mundiales en los próximos años.

 

La forma en que América Latina y el Caribe utilice sus vastos recursos determinará el futuro energético de la región y el papel que desempeñará en el sistema energético mundial. América Latina y el Caribe es una región extensa y diversa en términos de desarrollo económico y recursos naturales. Es rica en combustibles fósiles y energías renovables, así como en minerales esenciales. Ya sea aprovechando los biocombustibles en Brasil, la energía hidroeléctrica en Brasil, Venezuela, México, Colombia, Argentina y Paraguay, o los recursos solares y eólicos de alta calidad en Brasil, México, Chile o Argentina; produciendo cobre o litio en Chile, Perú y Argentina, minerales esenciales para las tecnologías de energía limpia; o explotando los vastos recursos de petróleo y gas natural en Venezuela, Brasil, Colombia, Argentina, México o Guyana, América Latina y el Caribe está bien situada para prosperar a medida que avanza la transición hacia la energía limpia y para contribuir a la seguridad energética mundial y a los objetivos climáticos. Los combustibles fósiles representan alrededor de dos tercios de la combinación energética de la región, una cifra considerablemente inferior a la media mundial del 80%, gracias a la participación del 60% de las energías renovables en la generación de electricidad. La energía hidroeléctrica por sí sola representa el 45% del suministro eléctrico de la región. En Costa Rica y Paraguay, casi todo el suministro eléctrico procede de fuentes renovables. Los combustibles fósiles dominan en muchos sectores de uso final, y el petróleo es sobre todo el principal combustible utilizado en el transporte. Sin embargo, la proporción de biocombustibles en el transporte por carretera duplica la media mundial. América Latina y el Caribe son responsables del 5% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía desde 1971, al tiempo que representan el 9% del PIB mundial durante ese periodo. En la actualidad, la región es exportadora neta de petróleo crudo y carbón, pero importadora neta de productos petrolíferos y gas natural. América Latina y el Caribe representan hoy el 8% de la población mundial y el 7% de la economía mundial, pero pueden desempeñar un papel destacado en la nueva economía energética. Con grandes recursos de petróleo y gas, la región puede ayudar a diversificar el suministro de petróleo y gas a corto plazo. También está avanzando en el desarrollo y la exportación de biocombustibles avanzados e hidrógeno de bajas emisiones, y está aumentando la producción de minerales esenciales para las tecnologías de energía limpia. La región tiene todos los ingredientes para una transición segura, asequible y rápida. Además, el éxito en América Latina y el Caribe puede reportar muchos beneficios al mundo.

 

El informe proporciona una visión integral de la situación energética en América Latina, destacando tendencias, desafíos y oportunidades en el sector para el año en curso. El análisis aborda temas cruciales como la transición hacia fuentes de energía renovable, la seguridad energética, y los impactos económicos y ambientales asociados. Se destaca la importancia de políticas públicas que impulsen la sostenibilidad y la diversificación de la matriz energética. Además, el informe examina la dinámica regional, considerando factores geopolíticos y económicos que influyen en la toma de decisiones energéticas. Con un enfoque proyectivo, el documento ofrece recomendaciones para fortalecer la resiliencia del sector frente a futuros desafíos, promoviendo un desarrollo energético sostenible en América Latina.

Para leer más ingrese a:

https://www.iea.org/reports/latin-america-energy-outlook-2023

https://iea.blob.core.windows.net/assets/51853e2a-08fb-4e2e-9bc5-1c1defa22485/LatinAmericaEnergyOutlook.pdf

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