El informe aborda la necesidad de reducir el consumo de recursos en el Reino Unido. Destaca que la extracción global de recursos casi se ha cuadruplicado desde 1970, causando graves consecuencias ambientales y sociales. La cultura de usar y tirar en los países de altos ingresos se identifica como el principal culpable. El consumo de materias primas en el Reino Unido se describe como insostenible, con los países de altos ingresos consumiendo seis veces más materiales per cápita que los de bajos ingresos. El informe señala una creciente dependencia de materiales importados en el Reino Unido, con la extracción nacional cayendo del 40% al 27% del consumo total entre 1997 y 2018. A pesar de reconocer el nivel insostenible de uso de recursos en su estrategia de recursos y residuos de 2018, el gobierno del Reino Unido no ha tomado medidas significativas. Los planes para establecer un objetivo de eficiencia de recursos bajo la Ley de Medio Ambiente de 2021 fueron abandonados debido a su «complejidad». El informe enfatiza la importancia de medir el uso de recursos de manera precisa para gestionarlo efectivamente. Sugiere que el Reino Unido carece de métricas claras para el consumo de recursos, pero menciona que existen opciones para cuantificarlo. La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) se cita como fuente de datos sobre el uso de recursos en el Reino Unido. Los autores argumentan que establecer objetivos claros basados en mediciones científicas es crucial para construir una economía sostenible donde la demanda de recursos no supere la oferta. El informe implica que, sin una adecuada medición y gestión, el Reino Unido continuará contribuyendo a la degradación ambiental global y las desigualdades sociales relacionadas con la extracción y el consumo de recursos.
El informe, a su vez, discute diversas métricas utilizadas para medir el consumo de recursos y el impacto ambiental, centrándose en su posible uso para establecer objetivos gubernamentales. Las principales métricas cubiertas son: Huella de Material: mide la masa total de nuevos materiales extraídos para satisfacer la demanda, que puede basarse en el consumo de material doméstico (DMC) o el consumo de materias primas (RMC). Se mejora reduciendo el consumo de materiales y es medida en el Reino Unido por Defra y ONS usando la metodología de la Universidad de Leeds. Productividad de Recursos: una proporción económica que compara el uso de materiales con el crecimiento económico, usualmente la huella de material relativa al PIB. Se mejora aumentando el crecimiento económico mientras se reduce el consumo. En Inglaterra, Defra publica un indicador basado en datos de huella de material y datos de ONS sobre el valor agregado bruto por industria y población. Huella Ecológica: mide el área biológicamente productiva requerida para producir recursos y absorber desechos, incluidos los gases de efecto invernadero. Se mejora reduciendo el consumo de productos intensivos en tierra y aquellos que emiten gases de efecto invernadero. Desarrollada por académicos y ahora mantenida por la Footprint Data Foundation. Conjunto de Indicadores de Impactos Ambientales Globales del Consumo (GEIC): un nuevo conjunto de métricas basadas en métodos de contabilidad natural para medir cambios en las existencias y condiciones de los ecosistemas. Aims a evaluar factores como la pérdida de biodiversidad, los impactos hídricos y la deforestación asociados al consumo. Mejorado reduciendo el consumo y aumentando la sostenibilidad de la producción. Desarrollado por el Comité Conjunto de Conservación de la Naturaleza y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo. Emisiones de Consumo: mide las emisiones de gases de efecto invernadero generadas para satisfacer la demanda de bienes y servicios de un país, incluidas las generadas en el extranjero (menos exportaciones). Se mejora reduciendo el consumo y la intensidad de carbono de los métodos de producción. En el Reino Unido, Defra publica estimaciones calculadas por la Universidad de Leeds. El texto también menciona brevemente las fortalezas y debilidades de estas medidas, incluyendo si principalmente miden el consumo, cubren todos los materiales y la granularidad de los datos. El objetivo general es usar estas métricas para informar las intervenciones gubernamentales y establecer objetivos para reducir la extracción de recursos y sus impactos negativos en las personas y el medio ambiente.
El informe compara diversas medidas de consumo de recursos e impacto ambiental, enfocándose en sus características, fortalezas y limitaciones. Entre las principales métricas discutidas se encuentra la Huella de Material, que mide el consumo total de recursos, abarcando biomasa, combustibles fósiles y minerales. Aunque es una medida integral, su complejidad radica en depender de estimaciones basadas en flujos comerciales. La Productividad de Recursos relaciona el consumo de materiales con el crecimiento económico, permitiendo mostrar mejoras incluso con un aumento en el consumo si la economía crece lo suficiente. La Huella Ecológica, que considera principalmente recursos de biomasa, uso del suelo y emisiones de gases de efecto invernadero, se desglosa en seis componentes, pero ha sido criticada por sus suposiciones sobre la absorción de carbono por los bosques. El indicador GEIC (Impactos Ambientales Globales del Consumo) cubre actualmente productos agrícolas y madera, con planes de expansión. Aunque es más detallado en la cuantificación de impactos, su alcance es limitado. Las Emisiones de Consumo miden las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al consumo de bienes y servicios, desglosándose por sectores, pero enfrentando desafíos al medir emisiones de la producción en el extranjero. El texto sugiere que combinar una métrica basada en masa (como la huella de material) con una métrica basada en impactos (como el GEIC) proporcionaría un enfoque más integral para monitorear el uso de recursos y la sostenibilidad. Se enfatiza que, aunque la huella de material es útil para monitorear el uso general de recursos, carece de la capacidad para contabilizar impactos específicos de diferentes tipos de uso de recursos. La granularidad y el enfoque en métodos de producción sostenibles del indicador GEIC se destacan como fortalezas, aunque su cobertura y fiabilidad podrían mejorarse con el apoyo gubernamental. De igual forma, se abordan los desafíos de medir y lograr un uso sostenible de los recursos, enfocándose en el desempeño del Reino Unido a través de varias métricas. Las estimaciones de una huella de material sostenible varían entre 3-8 toneladas por persona al año, asumiendo un acceso global igualitario. El gobierno del Reino Unido ha establecido un objetivo no vinculante para duplicar la productividad de los recursos para 2050. Una huella ecológica sostenible se estima en 1.6-1.7 hectáreas globales por persona. El progreso del Reino Unido hacia la sostenibilidad es inconsistente y lento a través de diferentes métricas, con huellas materiales y ecológicas al menos el doble de lo considerado sostenible. Las mejoras en la productividad de los recursos se han estancado, y las emisiones de consumo están disminuyendo más lentamente que las emisiones territoriales, potencialmente dando una imagen inexacta del progreso. La huella de material del Reino Unido aumentó de 13.9 toneladas por persona en 2020 a 16.5 toneladas en 2021. Aunque el uso de combustibles fósiles ha disminuido rápidamente, otros recursos (minerales, metales y biomasa) no han visto descensos similares. Incluso si el Reino Unido lograra un uso cero de combustibles fósiles, su huella de material aún sería entre un 68% y un 350% superior al rango sostenible. La huella de material per cápita del Reino Unido ha disminuido en general, pero sigue siendo muy superior a los niveles sostenibles. La proporción de la huella de material proveniente de combustibles fósiles está disminuyendo, pero el uso de otros recursos sigue siendo elevado. En resumen, el texto enfatiza que, aunque se ha logrado cierto progreso, el uso de recursos del Reino Unido está lejos de los niveles sostenibles en varias medidas.
El reporte presenta datos sobre la productividad de recursos de Inglaterra, la huella ecológica del Reino Unido y las emisiones de consumo. Destaca que, aunque se ha avanzado en estas áreas, ha sido inconsistente e insuficiente para cumplir con los objetivos de sostenibilidad. La huella ecológica del Reino Unido ha disminuido junto con las emisiones, pero sigue siendo más del doble de lo considerado sostenible. Las emisiones de consumo en el Reino Unido están disminuyendo, pero no tan rápidamente como las emisiones territoriales. El texto enfatiza la necesidad de un progreso más rápido para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas para 2050. Se discute la falta de objetivos vinculantes de reducción de recursos en Europa, aunque las ambiciones se están volviendo más comunes. Se menciona que el Plan de Acción de Economía Circular de la Comisión Europea de 2020 inicialmente incluía un objetivo para reducir a la mitad las huellas de material para 2050, pero este fue eliminado en la versión final. El Parlamento Europeo y las organizaciones de la sociedad civil están presionando por objetivos concretos y acciones. Se destaca que, aunque ningún país tiene objetivos legalmente vinculantes para las emisiones de consumo, algunas naciones como Suecia, Francia y Dinamarca están comenzando a monitorearlas y discutirlas. Gales está desarrollando objetivos detallados para su meta de «uso de recursos de un planeta» para 2050. El documento presenta una tabla que muestra las ambiciones de varios países y regiones para reducir el uso de recursos, incluyendo objetivos para la huella de material, productividad de recursos, huella ecológica y emisiones de consumo. Estos objetivos varían en alcance y cronograma, con algunos apuntando a mejoras para 2030, 2035, 2045 o 2050. El informe afirma que las naciones del Reino Unido tienen la oportunidad de liderar globalmente estableciendo objetivos ambiciosos y legalmente vinculantes para reducir el uso de recursos. En otra instancia, se discute la importancia de establecer objetivos de reducción de recursos para que el Reino Unido logre un crecimiento verde y resiliencia económica. Se enfatiza que el Reino Unido, como nación rica, consume más recursos primarios de lo que es sostenible y ha sido lento en actuar sin un objetivo específico. La Oficina para la Protección Ambiental (OEP) ha aconsejado al gobierno establecer objetivos estatutarios para abordar el uso de recursos y los impactos ambientales del consumo. La dependencia del Reino Unido en las importaciones y la exposición a cadenas de suministro internacionales volátiles hacen crucial una mejor gestión de recursos. El texto cita un informe que sugiere que la degradación de la naturaleza en las cadenas de suministro del Reino Unido podría reducir el PIB del Reino Unido en un 6% para 2030, superando el impacto de la crisis financiera global de 2007-08. La huella de material se identifica como la métrica más adecuada para apuntar al consumo insostenible de recursos. Se recomienda que el Reino Unido adopte esta medida y establezca un objetivo para reducir más de la mitad su huella de material, que actualmente es de 16.5 toneladas por persona al año, más del doble del rango sostenible. Sin embargo, se reconoce que un objetivo de huella de material por sí solo puede ser demasiado simplista, ya que diferentes materiales tienen impactos ambientales variados. Se sugiere priorizar conjuntos de datos granulares, como el GEIC (Calculadora de Impacto Ambiental Global), para tener en cuenta la complejidad del uso de materiales y sus impactos a lo largo de la cadena de suministro. También se menciona el enfoque de la Unión Europea, que incluye un marco de monitoreo de economía circular que rastrea múltiples métricas, incluyendo la huella de material, la productividad de recursos, la generación y gestión de residuos, y la inversión en sectores de economía circular. Este enfoque multifacético se presenta como una estrategia más integral para el uso sostenible de recursos mientras se apoya el desarrollo económico.
La importancia de medir y gestionar el consumo de recursos en el Reino Unido no puede subestimarse, especialmente en un contexto global donde la sostenibilidad y la eficiencia de los recursos son cada vez más críticas. Para lograr una contabilidad exhaustiva del uso de materiales a lo largo de toda la cadena de suministro, es fundamental emplear herramientas como el indicador GEIC, que complementan los conjuntos de datos existentes y ayudan a identificar lagunas en los datos de impacto de los recursos. Existen dos métodos principales para medir las huellas materiales: el consumo material doméstico (DMC) y el consumo de materias primas (RMC). Entre estos, el RMC es preferible porque tiene en cuenta los materiales utilizados en las cadenas de suministro, incluidos aquellos extraídos en el extranjero. Dado que casi tres cuartas partes de los materiales que satisfacen la demanda del Reino Unido se extraen en el extranjero, es crucial considerar toda la cadena de suministro en cualquier objetivo futuro. Por ello, se aboga por un objetivo integral de huella material que incluya todos los recursos materiales: biomasa, metales, minerales y combustibles fósiles. Aunque el gobierno del Reino Unido consideró anteriormente excluir los combustibles fósiles de los objetivos de productividad de recursos, se argumenta en contra de esta exclusión debido a que el Reino Unido no gestiona actualmente las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en el extranjero asociadas con su consumo. Asimismo, la exclusión de la biomasa de los objetivos de huella material sería inapropiada para el Reino Unido debido a la limitada cantidad de tierra biológicamente productiva a nivel mundial y la competencia entre las necesidades humanas y de la naturaleza. En este contexto, es esencial establecer objetivos específicos para materiales con mayores impactos ambientales por tonelada y para materias primas críticas (CRMs) utilizadas en los esfuerzos de descarbonización. Mantener estos materiales valiosos en circulación en lugar de seguir extrayendo más es crucial. Además, se identifican sectores con impactos desproporcionados en el consumo de recursos, como la construcción, los muebles, la electrónica, los textiles, los envases y los alimentos y bebidas. En particular, se destaca el potencial de mejoras significativas en las industrias de la construcción y los textiles. Las técnicas y tecnologías actuales de construcción podrían reducir sustancialmente el uso inicial de materias primas, mientras que un enfoque ambicioso en el sector textil podría lograr una reducción del 63% en el uso de materias primas mediante la maximización de la reutilización y el reciclaje. El gobierno tiene la capacidad de establecer obligaciones de reducción de recursos para los productores bajo la Ley de Medio Ambiente de 2021, que deben incluir objetivos para reducir el uso de materias primas y los residuos, y no solo el reciclaje. En resumen, aunque el Reino Unido ha realizado algunos avances en la gestión de recursos, es necesario un enfoque más ambicioso y holístico que incluya todas las dimensiones del uso de recursos y sus impactos, estableciendo objetivos claros y vinculantes para avanzar hacia un futuro más sostenible.
Para leer más ingrese a: