Cuando 196 partes firmaron el Marco Global para la Biodiversidad (GBF) de Kunming-Montreal en diciembre de 2022, se unieron tras la promesa de detener e invertir la pérdida de biodiversidad para 2030 y vivir en armonía con la naturaleza para 2050. Dado que un medio ambiente sano es fundamental para el bienestar humano y la prosperidad económica, la consecución de estos objetivos será crucial. Actuar exigirá un cambio de paradigma en toda la economía y en la sociedad. Desde la adopción del FGD, se han multiplicado las oportunidades de intervenciones positivas para la naturaleza. Los mercados de crédito a la biodiversidad, los bonos de vida silvestre, los fondos corporativos para la naturaleza y otros instrumentos innovadores atraen cada vez más la atención de altos ejecutivos y miembros de los consejos de administración. Desde el punto de vista normativo, los gobiernos están desarrollando políticas ambiciosas relacionadas con la naturaleza, como el planteamiento de Ganancia Neta de Biodiversidad del Reino Unido y la Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea. La divulgación por parte de las empresas de los impactos, riesgos y dependencias relacionados con la naturaleza se está convirtiendo en la norma. No obstante, cuando solo quedan cinco años para alcanzar los objetivos del FGD para 2030, la financiación destinada a la naturaleza sigue siendo insuficiente. A pesar de un aumento en la financiación privada, que ha superado los 102.000 millones de dólares en 2023, cubrir el déficit anual de 700.000 millones de dólares necesarios para conservar y restaurar adecuadamente los ecosistemas naturales sigue siendo un objetivo lejano. Este aumento de diez veces indica que el sector privado está comenzando a reconocer y aprovechar su oportunidad de impulsar un cambio sistémico.
Pasar de la intención a la acción implica un planteamiento polifacético. En primer lugar, requiere definir una estrategia positiva para la naturaleza que alinee las dinámicas de conservación y restauración, que a menudo se refuerzan mutuamente, con las de prosperidad económica y desempeño financiero. En la actualidad, solo el 5% de las empresas más grandes de la lista Fortune Global 500 tienen una estrategia sobre la naturaleza, mientras que más del 80% tienen una sobre el clima. En segundo lugar, traducir los compromisos y objetivos en acciones implica aplicar soluciones incipientes pero prometedoras, como los créditos de biodiversidad, que ofrecen nuevas vías para financiar los esfuerzos de conservación y fomentar las prácticas sostenibles, movilizando al mismo tiempo capital hacia los pueblos indígenas y las comunidades locales (PI y CL). Estas soluciones, aunque todavía incipientes, encierran un inmenso potencial para impulsar un cambio significativo, desde el nivel de proyecto hasta el de paisaje. Este informe tiene como objetivo ofrecer orientaciones prácticas sobre cómo empezar a financiar la naturaleza. Resumiendo casi dos años de análisis y compromiso con los principales agentes del mercado, este documento proporciona una hoja de ruta completa para las empresas, definiendo su visión y prioridades, y traduciéndolas en acciones concretas. Al sintetizar los recursos existentes y examinarlos cuando sea necesario, este informe también busca capacitar a las empresas para que tomen medidas decisivas hacia un futuro positivo para la naturaleza. Para detener y revertir la pérdida de biodiversidad de aquí a 2030, es esencial colmar el déficit de financiación de la naturaleza, que asciende aproximadamente a 700.000 millones de dólares anuales. Además de la necesaria acción gubernamental, el sector privado tiene un papel fundamental que desempeñar en la movilización de los fondos necesarios.
Para apoyar a las empresas en estos esfuerzos, esta hoja de ruta describe los pasos necesarios para desarrollar y aplicar una estrategia de naturaleza y un plan de acción de financiación de la naturaleza. Aunque se centra en los créditos a la biodiversidad, las consideraciones incluidas en esta hoja de ruta son ampliamente aplicables a otros mecanismos de financiación de la naturaleza, como los pagos por servicios ecosistémicos (PSE), los bonos verdes o los préstamos vinculados a la naturaleza. Lo ideal sería que la estrategia de naturaleza y el plan de acción de financiación se desarrollaran de forma conjunta e iterativa. Sin embargo, si ya existe una estrategia de naturaleza, las empresas pueden perfeccionarla durante el proceso de elaboración de un plan de acción de financiación de la naturaleza. Una estrategia de protección de la naturaleza establece la ambición de la empresa de contribuir a detener e invertir la pérdida de naturaleza, en consonancia con la visión del Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal. Existen múltiples marcos disponibles para desarrollar una estrategia de protección de la naturaleza, como el ampliamente utilizado marco ACT-D (Evaluar, Comprometerse, Transformar y Divulgar). El plan de acción para la financiación de la naturaleza, parte integrante de la estrategia de naturaleza, la hace operativa. Este plan, tal como se describe en esta hoja de ruta, se ajusta al marco ACT-D y sigue cuatro pasos:
· Paso 1: Definir acciones y valor: En consonancia con la jerarquía de mitigación, se deben identificar y priorizar las acciones que ofrecen beneficios tanto financieros como para la naturaleza, dando prioridad a la evitación, la reducción y la restauración, antes de la compensación y la contribución más allá del propio impacto. Además, se debe especificar un plan de aplicación y prepararse para realizar las divulgaciones pertinentes.
· Paso 2: Identificar métricas: Seleccionar parámetros sólidos y adecuados para medir los resultados de las acciones elegidas. Una vez definidas las acciones, los valores y los parámetros, las empresas pueden proceder con los siguientes pasos del plan de acción. Este informe se centra en los créditos de biodiversidad como ejemplo, pero se pueden aplicar pasos similares a otros mecanismos de financiación de la naturaleza.
· Paso 3: Adquirir créditos (u otros instrumentos) con integridad: Establecer los principios rectores de la adquisición de créditos de biodiversidad, teniendo en cuenta los riesgos, el presupuesto, el calendario y otros factores. A continuación, se deben identificar los créditos adecuados.
· Paso 4: Gestionar la comunicación y las reclamaciones: Garantizar una comunicación transparente y adecuada, teniendo en cuenta las reclamaciones justificadas en relación con los créditos de biodiversidad adquiridos y sus casos de uso.
Con estos pasos, las empresas pueden hacer progresos significativos en el avance de sus agendas y transiciones positivas para la naturaleza, garantizando su prosperidad económica al tiempo que contribuyen a cerrar la brecha de financiación de la naturaleza. A pesar de la creciente atención y los esfuerzos por preservar y restaurar la naturaleza, la salud del mundo natural está disminuyendo. Según el Índice Planeta Vivo, las poblaciones de fauna y flora silvestres han disminuido un 69% de media en los últimos 50 años, mientras que el stock de capital natural por persona se ha reducido un 40% entre 1992 y 2014, y el producto interior bruto (PIB) per cápita se ha más que duplicado. Para detener este declive será necesario aumentar sustancialmente la financiación para la conservación y restauración de la naturaleza, dado que se calcula que el déficit de financiación de la naturaleza es de aproximadamente 700.000 millones de dólares anuales.
Los créditos de biodiversidad pueden ser una forma de dirigir capital hacia la restauración de la naturaleza. Basándose en un amplio conjunto de orientaciones y herramientas existentes, y considerándolas junto con nuevas orientaciones cuando sea necesario, este documento presenta una hoja de ruta para que las empresas financien resultados positivos para la naturaleza. Aunque esta hoja de ruta se centra en los créditos a la biodiversidad, sus ideas y consideraciones son ampliamente aplicables a toda la gama de mecanismos de financiación de la naturaleza. Esta hoja de ruta será beneficiosa para cualquier empresa que desee comprender sus impactos, riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza, independientemente de los contextos normativos, que no se tratan aquí. Al mismo tiempo, esta hoja de ruta no debe considerarse una guía exhaustiva o prescriptiva, y debe contextualizarse en el marco más amplio de la transición de las empresas hacia acciones positivas para la naturaleza.
Este informe está estructurado de la siguiente manera: el capítulo 1 ofrece una visión general de los componentes clave para aplicar y financiar acciones positivas para la naturaleza, a saber, una estrategia de naturaleza y un plan de acción de financiación. En la práctica, el desarrollo y la aplicación de la estrategia de protección de la naturaleza pueden repartirse entre distintas partes de la empresa. El capítulo 2 se centra en el desarrollo de una estrategia de naturaleza con la profundidad suficiente para orientar un plan de acción de financiación. En este capítulo también se presenta el Manual de Estrategia para la Naturaleza y el marco ACT-D (Acceso, Compromiso, Transformación y Divulgación). El capítulo 3 expone los cuatro pasos de un plan de acción de financiación. Los dos primeros pasos son independientes del mecanismo específico de financiación de la naturaleza. Los dos últimos pasos utilizan los créditos de biodiversidad como ejemplo práctico, pero pueden aplicarse de forma similar a otras opciones de financiación de la naturaleza. El capítulo 4 describe la interdependencia entre el plan de acción de financiación de la naturaleza y la estrategia de naturaleza. Esta hoja de ruta, aunque se centra en las empresas, también es útil para los bancos de desarrollo, las organizaciones no gubernamentales (ONG), los gobiernos, los intermediarios del mercado, los organismos normativos y los promotores de proyectos. Aporta claridad sobre el desarrollo y la aplicación de medidas positivas para la naturaleza desde el sector privado. Los mercados de la naturaleza y la biodiversidad, así como la normativa, evolucionan rápidamente. Ahora es el momento de que las empresas se embarquen en este viaje y contribuyan a cerrar la brecha de financiación de la naturaleza.
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