La energía eólica marina se presenta como una solución estratégica para países que buscan diversificar su matriz energética, reducir su dependencia de importaciones y avanzar hacia una transición energética sostenible. Turquía, con una economía en constante crecimiento y una demanda eléctrica proyectada en aumento, se encuentra en un momento crucial para aprovechar sus recursos naturales y establecer una base sólida para la generación renovable. Las costas del país ofrecen condiciones únicas, con velocidades de viento superiores a los 9,5 m/s en muchas áreas, especialmente en la región occidental. Sin embargo, estas oportunidades se enfrentan a retos técnicos, sociales y ambientales que deben abordarse con una planificación detallada y una visión a largo plazo.
La geografía de Turquía es tanto una ventaja como un desafío para el desarrollo eólico marino. Mientras que las altas velocidades de viento en las costas occidentales y algunas áreas del Mar Negro representan un gran potencial, la mayoría de estas zonas se encuentran en aguas profundas, lo que limita la implementación de turbinas de cimientos fijos y requiere tecnologías flotantes más avanzadas. Estas innovaciones, aunque prometedoras, implican costos iniciales elevados y una curva de aprendizaje técnica. A pesar de ello, la integración de estas soluciones podría posicionar al país como líder en la región, no solo en términos de generación, sino también como un Hub de desarrollo tecnológico y exportación de componentes para el mercado internacional.
Además del aspecto técnico, la infraestructura existente y la planificada son factores críticos para el éxito del eólico marino. Turquía cuenta con una red de transmisión en crecimiento, pero la incorporación de generación a gran escala requiere mejoras significativas en la capacidad de integración de la red. Esto incluye no solo la ampliación de líneas de transmisión hacia las áreas costeras, sino también el fortalecimiento de los sistemas de interconexión regionales, particularmente en las zonas industriales del oeste del país. La cercanía de las turbinas eólicas a estas regiones de alta demanda energética ofrece una ventaja estratégica, al reducir la necesidad de extensas líneas de transmisión y, con ello, las pérdidas de energía y los costos asociados.
Por otro lado, la economía local podría beneficiarse enormemente de la implementación del eólico marino. Turquía ya cuenta con una sólida industria de energía eólica terrestre, lo que proporciona una base de conocimientos técnicos, capacidad industrial y experiencia operativa que puede adaptarse a las necesidades de los proyectos offshore. Con una industria portuaria competitiva y bien desarrollada, el país está en posición de construir y exportar componentes para parques eólicos marinos, como turbinas, plataformas flotantes y embarcaciones de apoyo. Esto no solo fortalecería la economía nacional, sino que también crearía empleos especializados en ingeniería, construcción y operación, impulsando la innovación y la transferencia de tecnología en sectores clave.
Sin embargo, el desarrollo eólico marino no está exento de desafíos. Muchas de las áreas identificadas como ideales para la generación presentan sensibilidades ambientales y sociales significativas. Hábitats críticos, áreas protegidas y corredores migratorios deben considerarse cuidadosamente en la planificación de los proyectos para evitar impactos negativos en la biodiversidad y las comunidades costeras. Esto exige una integración entre los estudios técnicos y las evaluaciones de impacto ambiental, así como la consulta y participación de las comunidades locales. Las lecciones aprendidas de otros países con experiencia en eólico marino resaltan la importancia de establecer marcos regulatorios claros y transparentes que aborden estos desafíos desde las primeras etapas del desarrollo.
En el ámbito financiero, los costos iniciales del desarrollo eólico marino pueden ser significativos, pero los beneficios a largo plazo justifican la inversión. Las economías de escala, junto con avances tecnológicos y marcos de apoyo como contratos por diferencia o esquemas de tarifas fijas, pueden reducir progresivamente el costo nivelado de la energía. En el caso de Turquía, el acceso a financiamiento internacional y la colaboración con instituciones como el Banco Mundial son cruciales para superar las barreras iniciales y atraer inversores privados. Además, la creación de un entorno regulatorio favorable, que incluya incentivos para desarrolladores y garantías de estabilidad política, puede acelerar la implementación de estos proyectos.
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