POWERING COMMUNITIES: Principles for a fair, sustainable Citizens’ Energy Package

La transición lejos de los combustibles fósiles es tanto un desafío urgente como una oportunidad transformadora. Para aprovechar este momento, es necesario garantizar que el cambio sea rápido, justo e inclusivo, permitiendo que las personas se beneficien genuinamente de la energía renovable, tanto económica como social y ambientalmente. Esto es esencial para que la transición sea verdaderamente justa. El compromiso de la Comisión Europea con el desarrollo de un Paquete de Energía para los Ciudadanos ofrece una oportunidad clave para situar a las personas y las comunidades en el centro de la transición energética. Los beneficios de las energías renovables van más allá de la asequibilidad. Una transición justa fomenta la creación de empleo, fortalece las economías locales, mejora la salud pública, maximiza la participación de los ciudadanos, las comunidades y las pequeñas y medianas empresas (PYME), y mejora la seguridad energética. Sin embargo, lograr esto de manera equitativa requiere una acción deliberada para garantizar el acceso a precios de energía asequibles y estables para todos, y para priorizar el apoyo y la inclusión de las poblaciones marginadas y vulnerables. Tal enfoque debe ser global, abordando desafíos sistémicos en lugar de centrarse únicamente en comportamientos individuales.

 

 

En un mundo cada vez más marcado por la competencia, las comunidades energéticas están demostrando el poder transformador de la colaboración a través de la economía social. Al fomentar la propiedad colectiva, la toma de decisiones compartida y los beneficios tangibles, estas iniciativas empoderan a los ciudadanos para moldear su futuro energético. Las comunidades energéticas demuestran que la energía renovable no es solo una herramienta para la descarbonización, sino también una base para sociedades más fuertes y resilientes. Reducen directamente los costos energéticos, estabilizan los precios y garantizan que la energía limpia sea accesible para los más afectados por la crisis, mientras fomentan la alfabetización energética y el cambio de comportamiento, como la flexibilidad y la reducción de la demanda. Como tal, son un paso importante hacia una cultura más amplia donde se maximice el potencial combinado de la suficiencia, la eficiencia y las renovables. El Paquete de Energía para los Ciudadanos (CEP) es una oportunidad clave para priorizar a las personas y las comunidades en la transición energética. Este paquete debe abordar las barreras persistentes que obstaculizan el desarrollo de proyectos de energía comunitaria, como la transposición incompleta de leyes existentes, incluyendo la falta de marcos de apoyo para las comunidades energéticas a nivel nacional, y establecer una visión para escalar e integrar iniciativas lideradas por los ciudadanos. Además, debe abordar la pobreza energética y priorizar el ahorro de energía como componentes centrales, aprovechando las fortalezas únicas de las comunidades energéticas para alcanzar estos objetivos.

 

 

Este documento presenta los principios para guiar a la Comisión Europea en la configuración de este paquete, reflejando la visión de una coalición para una transición energética que priorice a las personas y las comunidades locales, y construya un sistema energético más justo y sostenible. Si bien el paquete «Energía limpia para todos los europeos» (2015) ya proporciona un marco legal para las Comunidades de Energía Renovable (REC), no se ha implementado ni hecho cumplir de manera efectiva en todos los Estados miembros. El CEP debe fortalecer la implementación de las disposiciones existentes, asegurando que el marco legal funcione como se pretende. El nuevo paquete debe establecer objetivos claros y medibles a nivel de la UE, basados en una evaluación integral de los potenciales a nivel nacional o los objetivos de política para la creación de REC, respaldados por mecanismos sólidos de monitoreo, informe y ejecución para seguir el progreso con indicadores concretos y garantizar el cumplimiento, como un informe anual sobre la implementación del CEP. Es esencial que los Estados miembros rindan cuentas por sus compromisos bajo la legislación de la UE, especialmente en lo que respecta al establecimiento de marcos de apoyo para las REC a nivel nacional bajo el Paquete de Energía Limpia y los paquetes legislativos Fit for 55, que introducen disposiciones para las comunidades energéticas sobre eficiencia energética, calefacción y refrigeración distritales y renovaciones de edificios.

 

 

Los sistemas de monitoreo y ejecución deben implementarse para garantizar que se cumplan estos objetivos y que las disposiciones legales para las comunidades energéticas se implementen por completo. Esto ayudará a cerrar la brecha entre los marcos legales en papel y las realidades en el terreno, asegurando que las comunidades energéticas puedan surgir y prosperar en toda Europa. El éxito del Paquete de Energía para los Ciudadanos (CEP) depende de definiciones claras y del reconocimiento de las comunidades energéticas como actores distintos con sus propias características y desafíos únicos. El CEP debe diferenciar las comunidades energéticas de los actores más amplios del mercado, estableciendo definiciones claras que reflejen sus objetivos sociales, ambientales y económicos sin fines de lucro, y su papel como actores socioeconómicos. Esto incluye aclarar la distinción entre comunidades energéticas y el intercambio de energía (o autoconsumo colectivo) como conceptos organizativos y basados en actividades, respectivamente. Mientras que el intercambio de energía puede involucrar mecanismos de mercado más amplios y actores comerciales, las comunidades energéticas se construyen alrededor de la propiedad local, la toma de decisiones colectiva y los beneficios comunitarios. Esta claridad también ayudará a reducir la confusión y garantizará que tanto los ciudadanos como los responsables políticos comprendan el valor y el potencial de las comunidades energéticas en el panorama energético más amplio. Además, el CEP debe estar respaldado por marcos más amplios de la UE como el Pacto Industrial Limpio, aprovechando las sinergias para asegurar que las iniciativas lideradas por la comunidad puedan contribuir de manera efectiva al desarrollo de proyectos de escala industrial, incluidos los sistemas de calefacción distrital y la energía eólica marina. Un enfoque clave debe centrarse en fomentar la propiedad local de los recursos de energía renovable para garantizar que los ciudadanos y las comunidades se beneficien directamente de la transición energética y evitar reproducir las injusticias actuales. Los beneficios económicos de las renovables están principalmente concentrados en un número limitado de corporaciones, y los precios de los mercados mayoristas están sujetos a la volatilidad y especulación del mercado.

 

 

Además, los ciudadanos tienen prácticamente ninguna autonomía sobre la planificación energética, lo que lleva a impactos sociales y ambientales adversos en muchos casos. Las iniciativas de energía comunitaria, enraizadas en sus contextos locales, son cruciales para garantizar que los proyectos de energía renovable proporcionen beneficios sociales y económicos duraderos para las comunidades que los albergan. La propiedad local fomenta la participación en la toma de decisiones y la innovación, lo que conduce a mejores resultados en términos de calidad y justicia social y ambiental de los servicios energéticos. Por lo tanto, es crucial que las características y desafíos específicos de las REC se reconozcan e integren completamente en los marcos de políticas, los procesos de planificación (por ejemplo, Áreas de Aceleración de Energías Renovables, planes de redes de distribución, planes de calefacción y refrigeración, planes de renovación de edificios) y los mecanismos de apoyo. Abordar estas disparidades es esencial para crear condiciones de competencia justas que empoderen a las comunidades energéticas para prosperar y beneficiar a los ciudadanos de manera significativa. Las acciones clave para apoyar estas iniciativas deben incluir flujos de financiación dedicados (incluyendo mecanismos de garantía del BEI), incentivos fiscales y tarifarios, programas de capacitación, acceso a espacio, acceso prioritario a la red, regulación de las sanciones financieras impuestas por los proveedores para disuadir la participación en una comunidad energética y esquemas de apoyo a medida y procedimientos de contratación pública. Estas medidas permitirán que los proyectos energéticos liderados por la comunidad compitan de manera justa y desbloqueen su máximo potencial en la transición energética. Una transición energética justa requiere abordar la pobreza energética garantizando que todos los ciudadanos puedan acceder a energía limpia y asequible mientras se promuevan medidas de ahorro energético. Para lograrlo, el CEP debe adoptar medidas firmes para abordar la pobreza energética en su raíz, permitiendo que los hogares marginados y vulnerables participen y se beneficien de iniciativas de energía renovable y eficiencia energética. El CEP debe estar vinculado al Plan de Acción para Precios de Energía Asequibles, otra prioridad clave mencionada en la Carta de Misión del Comisario de Energía y Vivienda.

 

 

Los mecanismos financieros, como el Fondo Social Climático, deben ser aprovechados a través de los Planes Nacionales de Clima Social para empoderar a los hogares de bajos ingresos para unirse a las comunidades energéticas y adoptar tecnologías de ahorro energético, con un enfoque en la accesibilidad e inclusión. Ofrecen soluciones a largo plazo y ecológicas al reducir los costos energéticos, en lugar de subsidiar las altas facturas de la producción de energía a partir de combustibles fósiles. Todos los subsidios a los combustibles fósiles y otros incentivos financieros para los combustibles fósiles deben ser redirigidos a acciones para abordar la pobreza energética, incluyendo la financiación complementaria nacional del Fondo Social Climático. Esto ayudará a reducir el impacto regresivo del Sistema de Comercio de Emisiones II en los hogares vulnerables. La inclusividad debe estar en el corazón del CEP, reflejada en oportunidades de financiación, estructuras de gobernanza y marcos participativos que empoderen a los grupos marginados para liderar y beneficiarse de iniciativas de energía renovable y ahorro energético. Las comunidades energéticas están particularmente bien situadas para ofrecer tanto energía limpia como soluciones de ahorro energético a nivel local, fomentando la propiedad colectiva, reduciendo los costos y promoviendo medidas de eficiencia energética a nivel comunitario. Las autoridades locales, incluidas las municipalidades, cuando se les proporcionen el conocimiento y los recursos necesarios, pueden desempeñar un papel fundamental en este esfuerzo, actuando como facilitadores e intermediarios, y proporcionando recursos como tierras o tejados públicos, apoyo financiero y experiencia técnica para fomentar las comunidades energéticas y garantizar un acceso equitativo a la energía limpia y asequible.

 

Para leer más ingrese a:

https://energy-cities.eu/policy/powering-communities-principles-for-a-fair-sustainable-citizens-energy-package/

https://energy-cities.eu/wp-content/uploads/2024/12/Powering-Communities-1.pdf

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