A medida que las ventas mundiales de vehículos eléctricos (VE) continúan creciendo, también aumenta la preocupación por la capacidad de la cadena de suministro de baterías de VE para satisfacer la creciente demanda. Aunque existe capacidad de fabricación planificada suficiente, la cadena de suministro actual es vulnerable a la escasez y a las interrupciones causadas por factores como la geopolítica, los cambios en las alianzas comerciales, los conflictos, las condiciones meteorológicas extremas y otros. Además, la dependencia de los minerales recién extraídos utilizados en las baterías de los VE plantea riesgos asociados con abusos de los derechos humanos y la degradación ambiental. Otro desafío destacado es la infraestructura insuficiente en la mayor parte del mundo para gestionar adecuadamente el creciente número de baterías al final de su vida útil.
Abordar estos problemas requerirá inversiones significativas, colaboración intensiva entre las partes interesadas y la implementación de políticas eficaces. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, existen soluciones viables. Una economía circular de baterías, basada en la reparación, reutilización, reaprovechamiento y reciclaje de las baterías de los VE, podría abordar significativamente estos retos y ofrecer mejores resultados, especialmente en regiones que hasta ahora no han generado valor a partir de la industria automotriz.
La circularidad de las baterías puede reducir la necesidad de materiales vírgenes, lo que ayudaría a superar las limitaciones de suministro regionales de minerales, aumentar la resiliencia de la cadena de suministro y mitigar riesgos relacionados con la seguridad nacional. Asimismo, podría disminuir los daños asociados a la minería, además de generar empleo y fomentar el crecimiento económico en diversas geografías. El informe, elaborado por el Foro Económico Mundial en colaboración con RMI y la Global Battery Alliance, examina los riesgos de continuar dependiendo de una economía lineal de baterías. Asimismo, presenta una visión alternativa en la que se electrifica el transporte a la escala y velocidad necesarias para cumplir con los objetivos climáticos globales, respetando los derechos humanos y el medio ambiente. Además, propone medidas concretas que las partes interesadas pueden adoptar para implementar una economía circular de baterías.
En los últimos años, un número creciente de actores ha trabajado para aumentar la transparencia en la cadena de suministro, mejorar la sostenibilidad de las baterías a través de nuevos desarrollos químicos y construir la infraestructura necesaria para fabricar y reciclar baterías. No obstante, se reconoce que es necesario acelerar estos esfuerzos y adoptar un enfoque optimista pero informado, que considere los retos como oportunidades. El informe identifica los problemas actuales de la cadena de valor de las baterías para VE que contribuyen a impactos ambientales y sociales negativos, además de dificultar la creación de un valor socioeconómico equitativo. A partir de datos recopilados de expertos y del Consejo del Futuro Global sobre el Uso Responsable de Recursos, se destacan cinco cambios necesarios para avanzar hacia una economía circular de baterías.
El seguimiento de una batería y sus materiales desde su extracción hasta el final de su vida útil puede ayudar a fabricantes y usuarios a tomar decisiones responsables, cumplir con normativas ambientales y de derechos humanos, y proporcionar información clave para planificar la reparación, reutilización, reaprovechamiento y reciclaje. Sin embargo, actualmente, el diseño de las baterías prioriza su vida útil, dejando de lado aspectos relacionados con su reciclaje y segunda vida. La cadena de suministro de baterías está concentrada geográficamente en unos pocos países, lo que reduce su resiliencia y aumenta las emisiones. Permitir una mayor participación de diversos países en la cadena de valor y promover el movimiento responsable de baterías y materiales podría mejorar esta situación. La transición hacia una economía circular de baterías también generará un cambio en los empleos, especialmente en regiones dependientes de la minería. Por ello, se requiere colaboración entre gobiernos, industria e instituciones educativas para garantizar que los trabajadores cuenten con habilidades adecuadas para esta transición. Este enfoque busca minimizar los impactos negativos, maximizar la equidad y garantizar que los beneficios de este nuevo sistema sean distribuidos de manera justa. Según el informe, los principios de justicia y equidad deben guiar la transición hacia una economía circular en las cadenas de valor relacionadas con los minerales esenciales.
El mundo se encuentra en un punto de inflexión en la transición hacia el transporte electrificado, y las decisiones que se tomen hoy afectarán la forma en que las personas y los bienes se moverán durante décadas. Ahora es el momento de alejarse del modelo de negocio habitual y acelerar los esfuerzos para construir una cadena de valor de baterías que minimice el daño ambiental, aproveche las oportunidades disponibles y se centre en la equidad. A menudo se dice que la necesidad es la madre de la invención. Las preocupaciones urgentes sobre la cadena de valor actual de las baterías, especialmente sus impactos sociales y ambientales, están motivando a un número creciente de partes interesadas a explorar formas de abordar estos desafíos avanzando hacia una economía circular de baterías.
Mediante la colaboración con un panel asesor de expertos e investigaciones exhaustivas, este informe propone recomendaciones accionables que pueden guiarlos en este esfuerzo. Al desarrollar plataformas estandarizadas e interoperables para rastrear y monitorear los materiales de las baterías, establecer estándares de diseño y desempeño, y utilizar intervenciones políticas específicas, las partes interesadas pueden gestionar las baterías de manera más responsable durante todo su ciclo de vida. Finalmente, el informe destaca que la transición a una economía circular no eliminará todos los desafíos, pero puede evitar la repetición de errores pasados y generar oportunidades equitativas para todos los mercados, siempre que se aborde con un enfoque reflexivo y holístico.
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