En este informe comparamos los impactos entre la extracción y procesado de metales procedentes de la minería convencional con respecto a los metales recuperados o secundarios. Se revela de forma clara cómo los bajos precios de la minería ocultan los negativos impactos que tiene esta actividad sobre los territorios y las comunidades en las que se desarrolla.
La emergencia climática impone la necesidad de reducir drásticamente las emisiones de CO₂ de nuestra economía. Las actuales políticas de transición ecológica están centradas en la sustitución tecnológica en la generación de electricidad y en la movilidad. Esto hace que la demanda prevista de los minerales requeridos para la fabricación de estas tecnologías se multiplique en los próximos años. En el caso de metales como el cobalto, indio y litio este incremento de la demanda puede suponer exceder las reservas conocidas. Más allá de la posible escasez de estos elementos, un fuerte incremento en su extracción tendría severas consecuencias sociales y ambientales. Por estos motivos, es necesario avanzar hacia el aprovechamiento de los metales secundarios a partir de la recuperación y el reciclaje como parte de lo que ha venido a llamarse «minería urbana».
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