El estudio examina el rol y la presencia de las empresas estatales (SOEs) en la infraestructura y los mercados digitales en África, destacando los potenciales riesgos para la competencia y las distorsiones del mercado derivadas de la falta de neutralidad competitiva. Utilizando un nuevo conjunto de datos sobre SOEs en estos sectores en diversos países africanos, los hallazgos clave indican que las SOEs están presentes en segmentos críticos de infraestructura digital, como las redes de banda ancha fija y móvil, así como en los mercados de servicios digitales, como los servicios móviles e internet. Los países que cuentan con mayor competencia de empresas privadas junto a las SOEs tienden a tener mejor conectividad digital, mayor asequibilidad y mejores resultados de mercado en general, en comparación con aquellos donde las SOEs dominan. La falta de neutralidad competitiva, donde las SOEs disfrutan de ventajas como financiamiento preferencial, favoritismo regulatorio o monopolios legales, puede distorsionar los mercados y socavar el desarrollo de economías digitales robustas. Para promover la neutralidad competitiva, se recomiendan medidas políticas clave: separar las funciones comerciales y no comerciales de las SOEs, asegurar tasas de retorno comerciales, considerar las obligaciones públicas, garantizar la neutralidad regulatoria y fiscal, evitar el financiamiento o la contratación preferencial de SOEs, y abordar la integración vertical a lo largo de los segmentos. Abordar los déficits de neutralidad competitiva puede ayudar a desbloquear una mayor inversión privada, innovación y asequibilidad en los mercados digitales de África, al tiempo que permite a las SOEs servir eficazmente a los intereses públicos estratégicos. El análisis del rol y los riesgos potenciales de las SOEs en la infraestructura digital y los mercados móviles, inalámbricos, de llamadas internacionales y de datos en 18 países africanos revela que las SOEs desempeñan un papel significativo en sectores específicos de infraestructura y mercados digitales, pero a menudo se benefician de diversas protecciones que pueden inhibir la competencia con actores del sector privado. Los hallazgos indican que el grado de propiedad gubernamental de las SOEs varía entre países, con una mayor propiedad estatal generalmente asociada con peores resultados de mercado. Solo un país (Tanzania) requiere sistemáticamente que las SOEs logren una tasa de retorno comercial, lo que puede llevar a la exclusión y el desplazamiento de los actores privados. Muchas SOEs se benefician de protecciones regulatorias, como la gestión de infraestructuras esenciales mientras operan en segmentos comerciales minoristas, creando riesgos de autopreferencia. Algunas SOEs reciben un trato preferencial, incluidos créditos fiscales, acceso preferencial a financiamiento y préstamos o inyecciones de capital respaldados por el gobierno, lo que les otorga una ventaja competitiva sobre los actores privados. Aunque el entorno político y regulatorio ha evolucionado hacia la creación de un campo de juego nivelado, varios aspectos requieren atención, como la separación de las actividades comerciales de las obligaciones de servicio público, la exigencia de tasas de retorno comerciales, la eliminación de barreras a la entrada e inversión del sector privado, la garantía de una fiscalidad y acceso a financiamiento no discriminatorios, y la adopción de procesos de contratación pública no discriminatorios. El estudio sugiere que aumentar la competencia revisando los entornos políticos y regulatorios que rodean a las SOEs y considerando la desinversión o los contratos de gestión del sector privado podría mejorar los resultados del mercado en los sectores digitales.
Las empresas estatales (SOEs) juegan un papel significativo en los sectores de telecomunicaciones y digital en África, operando en diversos segmentos del mercado como infraestructura, servicios minoristas y servicios digitales. La mayoría de las SOEs están activas en infraestructura de comunicaciones internacionales, infraestructura fija como redes troncales, y servicios de comunicaciones fijas para los usuarios finales. Aproximadamente el 73% de ellas poseen y proporcionan acceso a la infraestructura troncal fija, y el 65% son proveedores de redes móviles. Además, las SOEs están involucradas en infraestructuras y servicios de datos, como servicios en la nube y de hosting (49%), servicios de pago móvil (43%) y plataformas digitales como el comercio electrónico (35%). En el 41% de los casos, las SOEs son el único operador en al menos un segmento del mercado, predominantemente en servicios de comunicaciones fijas al por menor y al por mayor. Se ha observado que los países donde las SOEs enfrentan competencia tienden a tener mejores resultados de mercado, según los índices de Conectividad y Asequibilidad de GSMA. La integración vertical es común, con alrededor del 40% de las SOEs operando tanto en infraestructura upstream como en servicios minoristas downstream. En casi el 90% de los países, las SOEs son la primera o segunda empresa más grande en los segmentos de mercado en los que operan. Si bien la integración vertical puede aumentar las eficiencias, también conlleva riesgos de comportamientos anticompetitivos y cierre de mercado, lo que potencialmente requiere intervención regulatoria. En este contexto, se debe garantizar la neutralidad competitiva para asegurar un campo de juego nivelado entre las empresas estatales y las privadas en los sectores digitales de África. La implementación de la neutralidad competitiva es limitada, con solo el 11% de los países exigiendo a las SOEs separar sus funciones comerciales de las no comerciales. Esta separación es vital para evitar la subsidización cruzada, falta de transparencia y la distorsión de la toma de decisiones basada en el mercado. Además, se debe asegurar que los fondos públicos no distorsionen el nivel de competencia al financiar actividades comerciales. Las SOEs que operan comercialmente deben lograr tasas de retorno comparables a las empresas privadas para evitar la competencia desleal. La falta de implementación de principios de neutralidad competitiva y de separación de actividades compromete los resultados del mercado y el desarrollo del sector privado. Por lo tanto, es necesario un marco regulatorio que promueva la transparencia, la competencia justa y la participación del sector privado en los mercados digitales de África.
El papel y la gobernanza de las empresas estatales (SOEs) en los sectores de telecomunicaciones y digital en diversos países africanos son fundamentales para entender la dinámica de estos mercados. Las SOEs desempeñan un rol significativo en estos sectores y, a menudo, se benefician de diversas protecciones y tratamientos preferenciales por parte de los gobiernos, como privilegios regulatorios y acceso más barato a financiamiento. Esto distorsiona la competencia en el mercado y tiene implicaciones para la viabilidad y rentabilidad de las empresas privadas. Si bien la prevalencia de las SOEs no es intrínsecamente problemática, el trato preferencial que reciben por parte de los gobiernos puede inhibir la competencia y la entrada de actores del sector privado al mercado. Por lo tanto, es esencial que los gobiernos revisen los entornos de políticas y regulaciones que rodean a las SOEs para evaluar si existe un campo de juego equilibrado para los actores privados en comparación con las SOEs. Se recomienda que los gobiernos consideren reformas adecuadas, como incluir al sector privado en las operaciones de infraestructura y prestación de servicios a través de contratos de gestión o asociaciones público-privadas y, en algunos casos, reestructurar o desinvertir en SOEs. Estas medidas pueden ayudar a reformar los incentivos y promover operaciones más eficientes, lo que en última instancia se traducirá en servicios de comunicación y datos de mejor calidad y más asequibles para los consumidores. Además, la implementación de principios de neutralidad competitiva es decisiva para nivelar el campo de juego entre SOEs y empresas privadas, promoviendo la competencia justa y fomentando el desarrollo económico. Siendo así, se debe diseñar marcos regulatorios que promuevan mercados competitivos y operaciones eficientes. Las SOEs a menudo reciben un amplio apoyo gubernamental, lo que puede distorsionar los mercados y desalentar la competencia si no se regula adecuadamente. Además, cuando las SOEs operan en mercados extranjeros, enfrentan mayores riesgos de disputas comerciales internacionales y aranceles debido a preocupaciones sobre ventajas injustas derivadas del respaldo estatal. Promover la competencia en sectores como las telecomunicaciones puede mejorar el bienestar y la productividad, mientras que las ineficiencias de las SOEs pueden reducir significativamente el crecimiento del PIB. Por lo tanto, es esencial que los gobiernos implementen marcos regulatorios que nivelen el campo de juego entre SOEs y operadores privados, promoviendo la competencia y operaciones eficientes en beneficio del bienestar del consumidor y el crecimiento económico.
En general, el estudio examina el rol y la presencia de las empresas estatales (SOEs) en la infraestructura y los mercados digitales en África, destacando los potenciales riesgos para la competencia y las distorsiones del mercado derivadas de la falta de neutralidad competitiva. Los hallazgos clave indican que las SOEs están presentes en segmentos claves de infraestructura digital, como las redes de banda ancha fija y móvil, así como en los mercados de servicios digitales. La falta de neutralidad competitiva, donde las SOEs disfrutan de ventajas como financiamiento preferencial y favoritismo regulatorio, puede socavar el desarrollo de economías digitales robustas. Para promover la neutralidad competitiva, se recomienda separar las funciones comerciales y no comerciales de las SOEs, asegurar tasas de retorno comerciales, y garantizar la neutralidad regulatoria y fiscal. Abordar estos déficits puede desbloquear una mayor inversión privada, innovación y asequibilidad en los mercados digitales de África, permitiendo a las SOEs servir eficazmente a los intereses públicos estratégicos. La implementación de principios de neutralidad competitiva es decisiva para nivelar el campo de juego entre SOEs y empresas privadas, promoviendo la competencia justa y fomentando el desarrollo económico.
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