Supply-Side Regulatory Drivers for Energy Efficiency and Renewable Energy

Las regulaciones ambientales han surgido como componentes clave de las estrategias de desarrollo sostenible, con el objetivo de frenar la contaminación y conservar los recursos naturales. Las regulaciones y prácticas ambientales, incluidas las fiscalizaciones, están asociadas con la reducción de la huella ambiental, la disminución de las emisiones y la promoción de la eficiencia tecnológica. En el sector de infraestructura, la oferta y el uso sostenible de electricidad han sido partes integrales de la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible, la cual busca aumentar la proporción de energía renovable a nivel global y reducir la intensidad energética global, una medida del consumo de energía por unidad de PIB. Según la Agencia Internacional de Energía, las adiciones de capacidad de electricidad renovable en 2023 fueron un 50 por ciento superiores a las de 2022. Además, durante la conferencia sobre cambio climático COP28, más de 130 gobiernos nacionales acordaron colaborar para triplicar la capacidad instalada global de energía renovable para 2030. Las políticas de eficiencia energética también están a la vanguardia de la agenda política, con una inversión anual en programas de eficiencia energética que ha aumentado un 45 por ciento desde 2020. La eficiencia energética, las energías renovables, y la captura y almacenamiento de carbono son los tres principales impulsores para la mitigación del cambio climático.

 

 

En medio de la rápida industrialización y el crecimiento de una economía que utiliza electricidad como insumo para la producción, es imprescindible que los países controlen el daño ambiental mientras aseguran un suministro adecuado de electricidad. Las prácticas sostenibles desde el punto de vista ambiental, incluidas las mejoras en la eficiencia de generación, el control de emisiones de la generación de electricidad a base de combustibles fósiles y el cambio de combustible, pueden proporcionar soluciones del lado de la oferta relacionadas con la generación de electricidad. Las medidas centradas en la transmisión y distribución, como la mejora de la eficiencia de las líneas de transmisión de electricidad, el despliegue de soluciones de redes inteligentes y programas de tarifas de consumo por parte de las empresas de servicios públicos, también pueden proporcionar soluciones del lado de la oferta. La eficiencia energética y las energías renovables son impulsores clave para avanzar en los compromisos climáticos, mejorando la asequibilidad y seguridad energética.

 

 

La implementación de políticas de eficiencia energética a gran escala ha estado asociada con una reducción en el consumo de energía, una mejora en las tasas de adopción de tecnologías y un crecimiento económico que varía entre un 0,25 por ciento y un 1,1 por ciento anual. A medida que el crecimiento económico depende de las fuentes de energía, el uso eficiente de los recursos disponibles se vuelve crucial para el desarrollo sostenible. Siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, la transición hacia una energía asequible y limpia es esencial para 2030. Las mejoras en eficiencia energética incluyen cambios hacia combustibles más eficientes, incrementos en la eficiencia técnica y el uso más eficiente de la energía y los materiales. Las medidas de eficiencia energética conducen a una reducción de las emisiones de dióxido de carbono, disminuyen la necesidad de importaciones de energía y reducen los costos para los consumidores residenciales y no residenciales. Todos los sectores económicos, incluidos la generación de energía, el transporte, la industria y la construcción, se benefician de la implementación de programas de eficiencia energética.

 

 

Un conjunto de políticas de eficiencia energética que impulsen la adopción de tecnología en la red y promuevan la inversión en la mejora y mantenimiento del sistema de suministro eléctrico puede comenzar a nivel de las empresas de servicios públicos que suministran energía. En particular, las medidas de eficiencia energética del lado de la oferta relacionadas con la generación de electricidad pueden involucrar la modernización y actualización de las turbinas en las plantas de energía. Más abajo en la cadena de suministro de electricidad, las medidas de eficiencia energética pueden centrarse en la transmisión y distribución de electricidad, incluidos transformadores de alta eficiencia, optimización de voltaje y sensores para monitoreo en tiempo real. Las medidas del lado de la oferta para la eficiencia energética no se limitan a la generación, transmisión y distribución de electricidad, también pueden incluir medidas de las empresas de servicios públicos que mejoren el sistema general de la red, como el despliegue de soluciones de redes inteligentes, e iniciativas dirigidas a otros actores, como los consumidores, a través de programas de servicios públicos centrados en la demanda.

 

 

En 2015, las inversiones globales en programas de eficiencia energética de las empresas de servicios públicos alcanzaron aproximadamente 26 mil millones de USD, lo que representó el 12 por ciento de los 221 mil millones de USD invertidos en eficiencia energética. Para 2020, existían 49 programas de eficiencia energética financiados por servicios públicos en 24 economías. El compromiso de las empresas de servicios públicos en iniciativas de eficiencia energética puede ser voluntario o impuesto por regulaciones. En los Estados Unidos, un estándar de recursos de eficiencia energética requiere que las empresas de servicios públicos y otras entidades cumplan con objetivos mínimos de ahorro energético en más de la mitad de los estados, con el fin de impulsar la inversión en medidas de eficiencia energética. Los estados con estándares aprobados representaron el 80 por ciento de los ahorros de electricidad de las empresas de servicios públicos en los Estados Unidos en 2016 y 2017. En Francia, bajo el Programa de Certificados Blancos, los proveedores de energía deben cumplir con objetivos de ahorro de energía impuestos por el gobierno dentro de plazos preestablecidos. Un programa similar de eficiencia energética de las empresas de servicios públicos, el Esquema Italiano de Certificados Blancos, logró un ahorro promedio anual de 5,9 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtoe) de 2005 a 2018, lo que contribuyó aproximadamente con un 45 por ciento del ahorro necesario para cumplir con el objetivo de ahorro de energía establecido por la Directiva Europea de Eficiencia Energética.

 

 

El indicador sobre «Incentivos y Mandatos: Programas de Servicios Públicos de Energía» del Banco Mundial, en los Indicadores Regulatorios para la Energía Sostenible (RISE), evalúa la presencia de regulaciones y sanciones por incumplimiento para que las empresas de servicios públicos lleven a cabo actividades de eficiencia energética en tres áreas: i) generación de electricidad, ii) transmisión y distribución, y iii) medidas de las empresas de servicios públicos relacionadas con la gestión de la demanda y las prácticas de precios al consumidor. Según los datos de RISE, las regulaciones de eficiencia energética para las empresas de servicios públicos están presentes en las economías de todos los niveles de ingresos. Sin embargo, las economías de bajos y medios ingresos tienen más espacio para mejorar la adopción de regulaciones de eficiencia energética en todas las categorías, en comparación con las economías de ingresos altos y medios altos. Los mandatos a las empresas de servicios públicos para implementar medidas de gestión de la demanda muestran la brecha más amplia, con un 17 por ciento de diferencia, seguidos de las medidas en la generación de electricidad, con una diferencia del 13 por ciento. Las regulaciones de eficiencia energética para las empresas de servicios públicos en la transmisión y distribución de electricidad están más ampliamente adoptadas en ambos grupos de ingresos, con un 49 por ciento y un 60 por ciento, respectivamente, lo que indica su relevancia para las políticas energéticas nacionales a nivel mundial.

 

 

Los marcos regulatorios pueden allanar el camino para construir redes eléctricas eficientes con un suministro y uso de energía ambientalmente sostenible. Este informe contribuye a los objetivos del Grupo Banco Mundial de fomentar un planeta habitable, al resaltar la importancia de las políticas eficaces del lado de la oferta en el avance de prácticas energéticas sostenibles, apoyar la adopción más amplia de tecnologías y soluciones de eficiencia energética, y facilitar la integración de energías renovables. Los resultados de este informe muestran una asociación entre los mandatos y regulaciones de eficiencia energética para las empresas de servicios públicos y una mayor eficiencia en el sistema de suministro eléctrico, caracterizado por menores pérdidas de transmisión y distribución. Además, se encuentra una asociación positiva y significativa entre los marcos regulatorios sólidos sobre la conexión y el uso de la red, y las proporciones de energía renovable en la capacidad eléctrica. Estos resultados no ofrecen una interpretación causal, y se necesitarán más análisis para comprender la dirección de las relaciones.

 

Para leer más ingrese a:

https://openknowledge.worldbank.org/entities/publication/43d4a0dd-ae3d-4961-ac9c-eb0d066d9359

https://openknowledge.worldbank.org/bitstreams/c3f592f3-b6b8-4d26-85df-61fe7d4cd6ce/download

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