La economía azul es un motor importante de crecimiento económico en el Estado y la Región Metropolitana de Río de Janeiro, representando entre el 27 % y el 44 % del PIB estatal, con actividades altamente concentradas en la región metropolitana. El gobierno estatal está implementando actualmente varias políticas de economía azul, incluyendo una Política Estatal sobre la Economía del Mar, un Proyecto de Gestión de la Economía Azul y programas que fomentan la innovación azul y la buena gobernanza de la Bahía de Guanabara. Sin embargo, es necesario abordar las brechas relacionadas con la toma de decisiones, la coherencia y la implementación para desbloquear el potencial de una economía azul más resiliente, inclusiva, sostenible y circular (a prueba de RISC) en la región metropolitana. Basado en un diálogo de políticas con la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Sostenibilidad y más de 100 partes interesadas de los sectores público, privado y sin fines de lucro, este documento analiza el estado de la economía azul en el estado y la región metropolitana, identifica las principales brechas de gobernanza y recomienda un plan de acción hacia una economía azul a prueba de RISC en la Región Metropolitana de Río de Janeiro. Con alrededor de 16 millones de habitantes distribuidos en 92 municipios, de los cuales 27 son costeros, el Estado de Río de Janeiro tiene la tercera mayor población y la tercera costa más grande (636 km) de Brasil. Aproximadamente el 80 % de su población vive en la Región Metropolitana de Río de Janeiro (RMRJ), que genera alrededor del 70 % del PIB estatal y está compuesta por 22 municipios. De los 27 municipios costeros del estado, nueve se encuentran dentro de la RMRJ. La economía azul, definida como la suma de industrias y ecosistemas basados en el mar y el agua dulce, representa una parte significativa de la actividad económica en el Estado y la Región Metropolitana de Río de Janeiro. Diferentes estudios académicos han estimado la contribución de la economía azul entre el 27 % y el 44 % del PIB estatal.

El petróleo y gas en alta mar, el turismo costero y la defensa son los pilares de la economía azul en el estado, representando aproximadamente el 84 % de la facturación y el 69 % del empleo formal en la economía azul en 2021. Estas actividades están altamente concentradas en la región metropolitana, que representa aproximadamente el 56 % de la producción bruta a nivel estatal y el 36 % a nivel nacional en la economía azul en 2019, y el 73 % del empleo formal en la economía azul del estado en 2021. Sin embargo, los bajos niveles de recolección de aguas residuales y gestión de desechos en los municipios alrededor de la Bahía de Guanabara, donde se lleva a cabo la mayoría de las actividades de economía azul de la región metropolitana, afectan negativamente a los sectores y ecosistemas de la economía azul. Por ejemplo, entre 2002 y 2013, la contaminación por aguas residuales, entre otros factores, redujo el volumen de peces capturados en la bahía en un 68 %. Reducir esta contaminación mediante la universalización de los servicios de saneamiento básico se prevé que genere 25.000 millones de BRL en beneficios socioeconómicos para el estado entre 2016 y 2046, incluyendo, por ejemplo, en los sectores de turismo e inmobiliario. Los riesgos relacionados con el agua, agravados por el cambio climático, como inundaciones y sequías, también están poniendo en peligro la economía azul en el estado y la región metropolitana.

Uno de cada cinco hogares en la RMRJ está sujeto a un «alto riesgo» de inundaciones. Un aumento del nivel del mar de hasta 0,5 metros causaría pérdidas económicas estimadas en 56 millones de BRL (precios de 2007) en infraestructura, edificios y activos duraderos en la RMRJ para 2070. Las sequías prolongadas también pueden afectar significativamente el suministro de agua, la generación de electricidad y la salud de los ecosistemas, como lo evidenció en 2021 cuando los embalses del Estado de Río de Janeiro cayeron por debajo del 40 % de su volumen útil. Por otro lado, la economía azul también puede ser una fuente de degradación de los ecosistemas. La Bahía de Guanabara aún se está recuperando de los impactos del derrame de más de 1 millón de litros de petróleo crudo por parte de Petrobras en 2000, que se estima costó alrededor de 100 millones de BRL en daños a los 12.000 pescadores afectados. De manera más general, la industria del petróleo y gas representa el 13 % del PIB estatal. Sin embargo, lograr una economía azul sostenible en Río de Janeiro requiere eliminar gradualmente los combustibles fósiles y promover la inversión en energías renovables. A nivel mundial, cumplir con la Vía Cero Neto de la AIE requeriría una reducción de la producción de petróleo y gas de un 75 % y 55 %, respectivamente, entre 2020 y 2050, junto con inversiones para generar el 90 % de electricidad a partir de energías renovables para 2050.

Aunque aún no hay un cronograma para eliminar gradualmente los combustibles fósiles en Río de Janeiro, el Estado ha desarrollado un sólido marco institucional para apoyar la economía azul en general. Desde 2021, el gobierno estatal ha estado implementando políticas, proyectos y programas como: una Política Estatal sobre la Economía del Mar, liderada por la Secretaría de Estado de Energía y Economía del Mar (SEENEMAR); un Proyecto de Gestión de la Economía Azul; un programa de innovación abierta (BlueRio); y un programa para crear un centro de gestión integrada para promover la buena gobernanza de la Bahía de Guanabara (Blue Guanabara), siendo estos tres últimos dirigidos por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Sostenibilidad (SEAS). El programa Blue Guanabara se basa en esfuerzos previos para restaurar una Bahía de Guanabara saludable en el centro de la región metropolitana, que enfrenta problemas de degradación de la calidad del agua y los ecosistemas. La concesión de los servicios de distribución de agua y recolección y tratamiento de aguas residuales en el estado a operadores privados en 2021 se espera que ayude en este esfuerzo al aumentar la cobertura de los servicios de alcantarillado.

Las características socioeconómicas y ambientales de la RMRJ, como su vulnerabilidad a los riesgos relacionados con el agua agravados por el cambio climático, altos niveles de desigualdad, pobreza y empleo informal, el impacto perjudicial de las actividades económicas en los ecosistemas azules y los bajos niveles de recolección de aguas residuales y gestión de desechos, exigen una economía azul resiliente a los choques económicos y climáticos, inclusiva de las comunidades locales y las partes interesadas, sostenible ambientalmente al limitar los impactos ambientales mientras se protegen los ecosistemas y la biodiversidad, y circular al prevenir los desechos (incluidos los plásticos), fomentar la eficiencia material y transformar los desechos en recursos. Si bien la economía azul contribuye al desarrollo económico de la región metropolitana y el estado, representando hasta el 44 % del PIB estatal, hay un reconocimiento creciente de que también debe abordar las disparidades socioeconómicas en términos de PIB per cápita, desarrollo humano y dinámicas demográficas entre los municipios, proporcionando oportunidades para la creación de empleo e innovación en sectores establecidos (turismo costero, pesca) y emergentes (bioeconomía azul y biotecnología, energía renovable en alta mar). Los recientes objetivos federales para lograr una cobertura del 90 % en los servicios de alcantarillado para 2033 y alcanzar una mejor calidad del agua están impulsando el impulso para desarrollar un enfoque de «agua integral» que conecte la gestión del mar y el agua dulce en el estado y promueva la recuperación y protección de la Bahía de Guanabara. Transitar hacia una economía azul a prueba de RISC en la RMRJ requiere cerrar las brechas de gobernanza.

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