El informe especial analiza el estado actual de la geotermia, destacando su enorme potencial como recurso energético renovable para la generación de electricidad, calefacción y refrigeración. A pesar de que la geotermia lleva más de un siglo formando parte de los sistemas energéticos, su participación global ha sido limitada. Actualmente, la industria geotérmica atraviesa un momento crucial debido a la irrupción de nuevas tecnologías que permiten explotar recursos previamente inaccesibles, así como a la reducción de costos y modelos de financiación innovadores que facilitan su adopción. Se subraya que técnicas avanzadas provenientes de la industria del petróleo y el gas, como el conocimiento profundo del subsuelo, la perforación y terminación de pozos, y la gestión de grandes proyectos, pueden contribuir a reducir los costos y a explotar recursos geotérmicos a mayores profundidades. Sin embargo, el informe señala que la expansión de esta fuente de energía enfrenta desafíos como los riesgos en el desarrollo de proyectos, los complejos procesos de permisos y licencias, cuestiones medioambientales y la aceptación social.
Este informe especial se centra en la energía geotérmica, un recurso de energía renovable prometedor y versátil con un vasto potencial sin explotar para la generación de electricidad, calefacción y refrigeración. La energía geotérmica es la energía térmica (calor) derivada del subsuelo de la Tierra. Parte de esta energía proviene del calor residual generado durante la formación del planeta hace más de 4 mil millones de años. El resto se origina principalmente en la continua y espontánea desintegración radiactiva de isótopos que ocurren de manera natural dentro del núcleo y el manto terrestre, lo que mantiene la temperatura del núcleo en alrededor de 5 000°C. Este calor del núcleo y el manto se transfiere a la superficie terrestre a través de la conducción (transmisión de calor a través de materiales), así como por mecanismos de convección y advección (transporte de calor mediante un fluido en movimiento, como el magma), resultando en un flujo de calor continuo de aproximadamente 45 TW en la superficie del planeta.
Otra porción de la energía térmica de la Tierra proviene de la radiación solar en la superficie y del calor ambiental acumulado a lo largo de milenios, que influye en la temperatura del suelo, la roca madre y el agua a profundidades poco profundas en cualquier parte del planeta. La diferencia de temperatura entre el núcleo y la superficie de la Tierra genera un gradiente térmico en la corteza: en promedio, la temperatura aumenta entre 25 y 30°C por kilómetro de profundidad. Sin embargo, los flujos de calor geotérmico y los gradientes de temperatura están distribuidos de manera desigual y están fuertemente vinculados a las condiciones tectónicas, como la actividad volcánica en centros de expansión, zonas de rift, zonas de subducción y puntos calientes, así como a la extensión de la corteza. Los sistemas de energía geotérmica aprovechan este calor del subsuelo y lo transportan a la superficie, donde puede ser utilizado para calefacción, refrigeración, generación de electricidad y almacenamiento de energía. El calor geotérmico puede ser transportado a la superficie por fluidos que ocurren naturalmente en el subsuelo en contextos geológicos específicos, como los acuíferos, donde el agua atrapada en rocas porosas o fracturadas debajo de una capa relativamente impermeable forma un reservorio y es calentada por las rocas circundantes. Las condiciones de temperatura, fluido y permeabilidad de las rocas definen los recursos hidrotermales. Los sistemas utilizados para explotar estos reservorios hidrotermales son lo que este informe denomina tecnologías geotérmicas convencionales.
El informe cuantifica el potencial técnico y de mercado de la geotermia de nueva generación y propone medidas para mitigar los riesgos, acelerar la innovación y aumentar la financiabilidad de los proyectos. Con los avances tecnológicos, se destaca que la geotermia podría convertirse en una opción atractiva para gobiernos y empresas a nivel mundial. Técnicas como la perforación horizontal y la fracturación hidráulica, desarrolladas principalmente en Norteamérica, amplían significativamente las posibilidades de su uso. Si esta tecnología sigue un camino de desarrollo similar al de la energía solar fotovoltaica o la eólica, podría convertirse en un pilar fundamental de los sistemas energéticos del futuro. En la actualidad, la geotermia satisface menos del 1% de la demanda mundial de energía y se concentra en unos pocos países con recursos geotérmicos de alta calidad, como Estados Unidos, Islandia, Indonesia, Turquía, Kenia e Italia. No obstante, el informe indica que, con mejoras tecnológicas y reducciones de costos, la geotermia podría abastecer hasta el 15% del crecimiento de la demanda mundial de electricidad para 2050. Esto equivaldría a una capacidad instalada de 800 GW y una generación anual cercana a 6.000 teravatios-hora, comparable al consumo actual combinado de electricidad de Estados Unidos y la India.
El documento también resalta que las plantas geotérmicas operan con una alta tasa de utilización (75% en 2023), superando con creces la de fuentes como la solar fotovoltaica o la eólica, y pueden ofrecer flexibilidad operativa para estabilizar las redes eléctricas. Además, se menciona que el potencial técnico de la geotermia de nueva generación es el segundo más alto entre las tecnologías renovables, solo superado por la solar fotovoltaica, con capacidad para satisfacer 140 veces la demanda mundial de electricidad. La posibilidad de explotar recursos térmicos a profundidades superiores a 3 kilómetros amplía las oportunidades para casi todos los países del mundo. Se calcula que los recursos a profundidades menores de 8 kilómetros podrían proporcionar 600 TW de capacidad geotérmica con una vida útil de 25 años. Asimismo, la geotermia puede suministrar calor continuo para edificios, industrias y redes de calefacción urbana, ayudando a descarbonizar el sector del calor, especialmente en áreas donde este es suministrado por combustibles fósiles.
El informe identifica mercados clave con un alto potencial para la expansión de la geotermia, como China, Estados Unidos e India, que juntos representan el 75% del mercado potencial global. Además, señala que el sector del petróleo y el gas, que posee habilidades transferibles y cadenas de suministro bien desarrolladas, podría desempeñar un papel esencial en la reducción de costos de los proyectos geotérmicos. Aunque la geotermia enfrenta costos relativamente altos en comparación con otras tecnologías de bajas emisiones, el informe estima que, con apoyo político e innovación, estos costos podrían reducirse hasta un 80% para 2035, alcanzando niveles competitivos de alrededor de 50 dólares por megavatio-hora. Para lograrlo, se recomienda simplificar los procesos de permisos, establecer normativas específicas para la energía geotérmica y diseñar políticas que reduzcan los riesgos iniciales de los proyectos.
Finalmente, el informe destaca la necesidad de una fuerza laboral cualificada, dado que se espera que los empleos en el sector geotérmico pasen de 145.000 a un millón para finales de la década. Sin embargo, la disminución de matrículas en programas relacionados con los combustibles fósiles podría afectar el desarrollo de esta tecnología. Por ello, se sugiere fortalecer la formación técnica, los programas de aprendizaje y los centros de excelencia. El documento concluye subrayando la importancia del apoyo político, dado que menos de 30 países cuentan con políticas específicas para la geotermia, en comparación con más de 100 que las tienen para la solar y la eólica. Los gobiernos deben priorizar esta tecnología en sus agendas de energías limpias, estableciendo objetivos claros y fomentando el desarrollo responsable de proyectos mediante políticas de mitigación de riesgos y contratos de ingresos garantizados a largo plazo.
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