Cada vez hay más personas que nunca acceden a Internet a través de dispositivos móviles. A finales de 2023, el número de usuarios de Internet móvil habrá aumentado a 4.600 millones de personas (el 57% de la población mundial). El móvil es la principal, y en algunos casos, la única forma de acceder a Internet en los países de renta baja y media (PRMB). En 2023, los móviles representarán el 84% de las conexiones de banda ancha. Sin embargo, la tasa de crecimiento en la adopción de Internet móvil se ha mantenido plana, y persisten importantes brechas digitales. Las personas excluidas digitalmente tienen más probabilidades de ser más pobres, tener un menor nivel educativo, vivir en zonas rurales y ser mujeres; estos son los grupos que más pueden beneficiarse de la conectividad. Si no se redoblan los esfuerzos para cerrar la brecha digital, los más desfavorecidos corren el riesgo de quedarse atrás en un mundo cada vez más digital. Hacer frente a la brecha digital aporta importantes beneficios socioeconómicos y nunca ha sido tan crucial. Internet móvil conecta a más personas que nunca a servicios esenciales como la sanidad, la educación, el comercio electrónico y los servicios financieros, y ofrece oportunidades de generación de ingresos. Sin embargo, los beneficios de la conectividad no se aprovechan por igual.
Alrededor del 39% de la población mundial vive dentro de la cobertura de banda ancha móvil, pero no la utiliza, mientras que el 4% sigue sin cobertura de banda ancha móvil. El Estado de la Conectividad Móvil a Internet 2024 se basa en una serie de datos para analizar las tendencias clave desde 2015. El informe considera importante no sólo la cobertura de banda ancha móvil, sino también una “conectividad significativa”, es decir, que los usuarios tengan una experiencia en línea segura, satisfactoria, enriquecedora y productiva que sea asequible en su contexto. Para ello, es necesario comprender los principales obstáculos y facilitadores de una conectividad significativa, como el acceso, la asequibilidad, las competencias, la seguridad, la protección, y los contenidos y servicios pertinentes. Este informe analiza todos estos aspectos. Este análisis presenta las últimas actualizaciones sobre la conectividad móvil a Internet a nivel mundial y regional, destacando la magnitud de las brechas de cobertura y uso, con especial atención a los PIBM (Capítulo 1). Por primera vez, también se presenta un análisis de la conectividad entre los niños y el impacto económico de cerrar la brecha de uso. A continuación, el informe analiza la cobertura y la infraestructura de la banda ancha móvil (Capítulo 2). Los capítulos 3 y 4 ofrecen una visión de cómo los adultos de los PBI y los PIM utilizan Internet móvil y los obstáculos para su adopción, así como un nuevo análisis sobre las barreras para un mayor uso. El capítulo 5 esboza los principales retos que hay que abordar para garantizar que todo el mundo pueda conectarse a Internet.
Las conclusiones de este informe se basan en la Encuesta de Consumidores de la GSMA, el Índice de Conectividad Móvil (ICM) de la GSMA y otros informes del sector. La Encuesta de Consumidores de la GSMA es una encuesta cara a cara y representativa a nivel nacional que se lleva a cabo cada año desde 2017 para comprender el acceso y el uso del móvil y de Internet móvil en los PIBM. En 2023, incluyó a más de 13.600 encuestados de 12 PIBM. El ICM mide los principales facilitadores de la conectividad a Internet móvil en 173 países (que representan el 99% de la población mundial) en relación con 32 indicadores para el período 2014-2023. Los indicadores se agrupan en cuatro habilitadores generales: infraestructura, asequibilidad, preparación de los consumidores, y contenidos y servicios. En conjunto, estas fuentes de datos proporcionan métricas objetivas y cuantitativas para realizar un seguimiento de los principales facilitadores de la adopción y el uso de Internet móvil, así como información sobre cómo utilizan los consumidores Internet móvil o qué les impide utilizarlo. Aunque cada vez más personas se conectan a Internet a través del móvil, el ritmo de crecimiento se ha mantenido estable. En 2023, 160 millones de personas más empezaron a utilizar Internet móvil en sus dispositivos, un aumento similar al registrado en 2022, pero inferior al crecimiento anual observado durante 2015-2021. La brecha de cobertura se redujo en un punto porcentual marginal, con el 96% de la población mundial viviendo ahora dentro de la huella de una red de banda ancha móvil.
La mayoría de los que no utilizan Internet móvil vive en zonas con cobertura de banda ancha, pero se enfrenta a otros obstáculos para su adopción. Quedan 3.100 millones de personas (el 39% de la población mundial) que no utilizan Internet móvil, pero sí tienen cobertura de banda ancha. Se calcula que cerrar esta importante brecha de uso añadirá 3,5 billones de dólares acumulados al PIB mundial de aquí a 2030. A finales de 2023, aproximadamente el 57% de la población mundial (4.600 millones de personas) utilizaba Internet móvil en su propio dispositivo, frente al 33% de 2015. Esto representa un aumento de 160 millones de personas a lo largo del año, que es similar al crecimiento en 2022, pero representa una ralentización del crecimiento en comparación con 2015-2021, cuando más de 200 millones de personas se conectaron cada año. Más del 90% del crecimiento en 2023 procedió de países de renta baja y media (PRMB), donde vive el 95% de la población no conectada. El porcentaje de la población mundial que vive en zonas sin cobertura de banda ancha móvil se situará en el 4% a finales de 2023. Esto representa una reducción marginal respecto a años anteriores y significa que alrededor de 350 millones de personas siguen sin cobertura de una red de banda ancha móvil (frente a los casi 400 millones de los últimos años). Las comunidades sin cobertura, predominantemente rurales, pobres y escasamente pobladas, son las más difíciles de alcanzar.
De los 3.450 millones de personas que siguen sin conexión a Internet móvil, el 90% vive en una zona ya cubierta por la banda ancha móvil, pero no la utiliza. Dado que la adopción de Internet móvil ha superado la expansión de las redes, esta brecha de uso ha seguido reduciéndose, hasta situarse en el 39% a finales de 2023. Sin embargo, la brecha de uso es ahora nueve veces mayor que la brecha de cobertura. La inclusión digital sigue siendo una prioridad mundial, dado que quedan menos de seis años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030. Esta urgencia se puso de manifiesto en el discurso del Secretario General de las Naciones Unidas ante el Consejo de la UIT en junio de 2024, en el que se hizo hincapié en la necesidad de “poner fin a la exclusión digital en todas sus formas”. En septiembre, los resultados de la Cumbre del Futuro reforzaron este compromiso. Durante la cumbre, los gobiernos de todo el mundo reafirmaron su compromiso con el Pacto Mundial Digital, un acuerdo fundamental destinado a reducir la brecha digital. Este pacto subraya la importancia de promover la inclusión digital a través de los esfuerzos de múltiples partes interesadas, garantizando que todo el mundo pueda beneficiarse de la conectividad móvil a Internet.
En la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2023 (CMR-23) de la UIT, los gobiernos tomaron una decisión innovadora, allanando el camino para el uso de espectro adicional para servicios móviles. Esto proporcionó una hoja de ruta clara para la expansión de los servicios móviles en beneficio de miles de millones de personas en todo el mundo y demuestra el compromiso de los gobiernos con el poder único de la conectividad móvil en la expansión de la inclusión digital. Reforzando aún más el compromiso mundial con la inclusión digital, los países del G20 tomaron medidas significativas en 2023. La Declaración de Nueva Delhi de los Líderes del G20 reconoció la necesidad de abordar las brechas digitales y estableció el ambicioso objetivo de reducir a la mitad la brecha digital de género para 2030. Esta declaración pone de relieve la urgencia de fomentar la inclusión digital y garantizar un acceso equitativo a las tecnologías digitales para todos, en particular para las mujeres, que históricamente han estado desatendidas. Sin embargo, el camino hacia una conectividad significativa requiere un cambio fundamental en el compromiso de todas las partes interesadas. Hacer realidad un futuro en el que todos puedan beneficiarse de Internet móvil exige una acción concertada de todos los sectores de la sociedad. Gobiernos, operadores de telefonía móvil y organizaciones internacionales deben colaborar para superar los obstáculos que dificultan la adopción y el uso de Internet móvil. Esto incluye trabajar juntos en estrategias que no sólo aborden los aspectos técnicos de la conectividad, sino también las disparidades socioeconómicas subyacentes que provocan la brecha de uso.
Alrededor del 39% de la población mundial vive dentro de la cobertura de banda ancha móvil, pero no la utiliza, mientras que el 4% sigue sin cobertura de banda ancha móvil. El Estado de la Conectividad Móvil a Internet 2024 se basa en una serie de datos para analizar las tendencias clave desde 2015. El informe considera importante no sólo la cobertura de banda ancha móvil, sino también una “conectividad significativa”, es decir, que los usuarios tengan una experiencia en línea segura, satisfactoria, enriquecedora y productiva que sea asequible en su contexto. Para ello, es necesario comprender los principales obstáculos y facilitadores de una conectividad significativa, como el acceso, la asequibilidad, las competencias, la seguridad, la protección, y los contenidos y servicios pertinentes. Este informe analiza todos estos aspectos. Este análisis presenta las últimas actualizaciones sobre la conectividad móvil a Internet a nivel mundial y regional, destacando la magnitud de las brechas de cobertura y uso, con especial atención a los PIBM (Capítulo 1). Por primera vez, también se presenta un análisis de la conectividad entre los niños y el impacto económico de cerrar la brecha de uso. A continuación, el informe analiza la cobertura y la infraestructura de la banda ancha móvil (Capítulo 2). Los capítulos 3 y 4 ofrecen una visión de cómo los adultos de los PBI y los PIM utilizan Internet móvil y los obstáculos para su adopción, así como un nuevo análisis sobre las barreras para un mayor uso. El capítulo 5 esboza los principales retos que hay que abordar para garantizar que todo el mundo pueda conectarse a Internet.
Las conclusiones de este informe se basan en la Encuesta de Consumidores de la GSMA, el Índice de Conectividad Móvil (ICM) de la GSMA y otros informes del sector. La Encuesta de Consumidores de la GSMA es una encuesta cara a cara y representativa a nivel nacional que se lleva a cabo cada año desde 2017 para comprender el acceso y el uso del móvil y de Internet móvil en los PIBM. En 2023, incluyó a más de 13.600 encuestados de 12 PIBM. El ICM mide los principales facilitadores de la conectividad a Internet móvil en 173 países (que representan el 99% de la población mundial) en relación con 32 indicadores para el período 2014-2023. Los indicadores se agrupan en cuatro habilitadores generales: infraestructura, asequibilidad, preparación de los consumidores, y contenidos y servicios. En conjunto, estas fuentes de datos proporcionan métricas objetivas y cuantitativas para realizar un seguimiento de los principales facilitadores de la adopción y el uso de Internet móvil, así como información sobre cómo utilizan los consumidores Internet móvil o qué les impide utilizarlo. Aunque cada vez más personas se conectan a Internet a través del móvil, el ritmo de crecimiento se ha mantenido estable. En 2023, 160 millones de personas más empezaron a utilizar Internet móvil en sus dispositivos, un aumento similar al registrado en 2022, pero inferior al crecimiento anual observado durante 2015-2021. La brecha de cobertura se redujo en un punto porcentual marginal, con el 96% de la población mundial viviendo ahora dentro de la huella de una red de banda ancha móvil.
La mayoría de los que no utilizan Internet móvil vive en zonas con cobertura de banda ancha, pero se enfrenta a otros obstáculos para su adopción. Quedan 3.100 millones de personas (el 39% de la población mundial) que no utilizan Internet móvil, pero sí tienen cobertura de banda ancha. Se calcula que cerrar esta importante brecha de uso añadirá 3,5 billones de dólares acumulados al PIB mundial de aquí a 2030. A finales de 2023, aproximadamente el 57% de la población mundial (4.600 millones de personas) utilizaba Internet móvil en su propio dispositivo, frente al 33% de 2015. Esto representa un aumento de 160 millones de personas a lo largo del año, que es similar al crecimiento en 2022, pero representa una ralentización del crecimiento en comparación con 2015-2021, cuando más de 200 millones de personas se conectaron cada año. Más del 90% del crecimiento en 2023 procedió de países de renta baja y media (PRMB), donde vive el 95% de la población no conectada. El porcentaje de la población mundial que vive en zonas sin cobertura de banda ancha móvil se situará en el 4% a finales de 2023. Esto representa una reducción marginal respecto a años anteriores y significa que alrededor de 350 millones de personas siguen sin cobertura de una red de banda ancha móvil (frente a los casi 400 millones de los últimos años). Las comunidades sin cobertura, predominantemente rurales, pobres y escasamente pobladas, son las más difíciles de alcanzar.
De los 3.450 millones de personas que siguen sin conexión a Internet móvil, el 90% vive en una zona ya cubierta por la banda ancha móvil, pero no la utiliza. Dado que la adopción de Internet móvil ha superado la expansión de las redes, esta brecha de uso ha seguido reduciéndose, hasta situarse en el 39% a finales de 2023. Sin embargo, la brecha de uso es ahora nueve veces mayor que la brecha de cobertura. La inclusión digital sigue siendo una prioridad mundial, dado que quedan menos de seis años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030. Esta urgencia se puso de manifiesto en el discurso del Secretario General de las Naciones Unidas ante el Consejo de la UIT en junio de 2024, en el que se hizo hincapié en la necesidad de “poner fin a la exclusión digital en todas sus formas”. En septiembre, los resultados de la Cumbre del Futuro reforzaron este compromiso. Durante la cumbre, los gobiernos de todo el mundo reafirmaron su compromiso con el Pacto Mundial Digital, un acuerdo fundamental destinado a reducir la brecha digital. Este pacto subraya la importancia de promover la inclusión digital a través de los esfuerzos de múltiples partes interesadas, garantizando que todo el mundo pueda beneficiarse de la conectividad móvil a Internet.
En la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2023 (CMR-23) de la UIT, los gobiernos tomaron una decisión innovadora, allanando el camino para el uso de espectro adicional para servicios móviles. Esto proporcionó una hoja de ruta clara para la expansión de los servicios móviles en beneficio de miles de millones de personas en todo el mundo y demuestra el compromiso de los gobiernos con el poder único de la conectividad móvil en la expansión de la inclusión digital. Reforzando aún más el compromiso mundial con la inclusión digital, los países del G20 tomaron medidas significativas en 2023. La Declaración de Nueva Delhi de los Líderes del G20 reconoció la necesidad de abordar las brechas digitales y estableció el ambicioso objetivo de reducir a la mitad la brecha digital de género para 2030. Esta declaración pone de relieve la urgencia de fomentar la inclusión digital y garantizar un acceso equitativo a las tecnologías digitales para todos, en particular para las mujeres, que históricamente han estado desatendidas. Sin embargo, el camino hacia una conectividad significativa requiere un cambio fundamental en el compromiso de todas las partes interesadas. Hacer realidad un futuro en el que todos puedan beneficiarse de Internet móvil exige una acción concertada de todos los sectores de la sociedad. Gobiernos, operadores de telefonía móvil y organizaciones internacionales deben colaborar para superar los obstáculos que dificultan la adopción y el uso de Internet móvil. Esto incluye trabajar juntos en estrategias que no sólo aborden los aspectos técnicos de la conectividad, sino también las disparidades socioeconómicas subyacentes que provocan la brecha de uso.
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