En un mundo donde la demanda de energía segura, asequible y sostenible está en constante aumento, los sistemas energéticos globales y nacionales enfrentan numerosas deficiencias y tensiones. Surge una necesidad urgente de colaboración en todo el ecosistema energético para rediseñar los sistemas de energía y mejorar la calidad de vida de miles de millones de personas en un planeta saludable. En este panorama complejo, marcado por diversas vías de transición energética, no existe una solución única. El imperativo de las transiciones energéticas exige cambios profundos a nivel sistémico que van más allá de los marcos políticos tradicionales.

Estas transiciones abarcan más que avances tecnológicos, la sustitución de combustibles, la electrificación o la descarbonización. Se trata de un enfoque integral que promueve un uso más sensato y amplio de la energía. El impacto transformador de las transiciones energéticas trasciende el sector energético, intersectando con otros sistemas vitales como la industria, la agricultura y las infraestructuras urbanas, alterando el tejido social. Para acelerar transiciones más rápidas, justas y de mayor alcance, es fundamental activar la diversidad y empoderar a las personas, incluidas mujeres, trabajadores y las generaciones futuras.

Las transiciones energéticas no solo se desarrollan en el contexto de cambios sistémicos más amplios, sino que también implican una reorientación fundamental de la relación de la humanidad con la energía. Ponen de relieve la importancia de dotar a las comunidades de los conocimientos y capacidades necesarios para moldear el futuro energético, reflejando una comprensión más profunda de la interconexión con el planeta y entre los seres humanos. Tras la conclusión de la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos, la Encuesta Mundial sobre Cuestiones Energéticas recoge las perspectivas de casi 1.800 líderes energéticos de más de 100 países, ofreciendo una instantánea precisa y oportuna del dinámico panorama energético mundial. Como herramienta clave para navegar las complejidades e incertidumbres que enfrentan los líderes energéticos, el Monitor Mundial de Cuestiones Energéticas invita a reconsiderar los supuestos sobre los motores que impulsan las transiciones energéticas. Al combinar estos recursos con el Marco del Trilema Energético Mundial del Consejo y los Escenarios Energéticos Mundiales, se obtiene una comprensión exhaustiva de los avances actuales, los desafíos futuros y las oportunidades emergentes en el sector energético global.

El World Energy Issues Monitor 2024 reafirma las «5 D» del Consejo Mundial de la Energía, motores del cambio en los sistemas energéticos globales. Estas «5 D» están interconectadas y determinadas por la diversidad regional, los patrones demográficos, las necesidades energéticas y los deseos. Los resultados de la encuesta proporcionan un conjunto variado de puntos de vista sobre cuestiones energéticas globales, destacando tendencias y prioridades clave y sus implicaciones para los motores globales del cambio que guían las transiciones energéticas a nivel mundial. Entre los hallazgos más destacados se encuentra la creciente disputa entre las viejas y nuevas agendas geopolíticas. La guerra en Ucrania y la inestabilidad en Oriente Medio incrementan la incertidumbre y afectan el comercio y la seguridad energética. La expansión de los BRICS, con la incorporación de seis nuevos miembros, refleja un cambio en las afiliaciones y asociaciones políticas globales, lo que impacta la dinámica energética y la colaboración. Además, la geopolítica de la energía ha comenzado a extenderse más allá de los recursos de petróleo y gas hacia las cadenas de suministro y los datos.

Las preocupaciones sobre la seguridad energética han evolucionado más allá de la oferta convencional, pasando a abordar las perturbaciones y crisis impulsadas por la demanda y los efectos del cambio climático. Este cambio pone énfasis en la resiliencia, la diversidad de suministros, el cambio climático, el nexo entre energía, agua y alimentos, los cambios en las cadenas de suministro y la accesibilidad de minerales y metales esenciales. A nivel mundial, se observa una tendencia hacia la resiliencia, que se refleja tanto en este informe como en el Informe sobre el Trilema Energético Mundial 2024. En cuanto a la gestión de la demanda y la transición hacia el control por parte de los usuarios finales, la confianza en la inversión en energías limpias ha aumentado significativamente, a excepción de África y América Latina y el Caribe. Sin embargo, la inversión de riesgo en energía ha mostrado uno de los niveles de incertidumbre más bajos en comparación con la media mundial, aunque las start-ups e innovadores manifiestan un nivel más alto de incertidumbre, lo que requiere atención del liderazgo. Existe una necesidad urgente de mayor flujo de financiación e inversión en infraestructuras y en la expansión de nuevas tecnologías para facilitar las transiciones energéticas hacia un futuro sostenible y con bajas emisiones de carbono.

Las tecnologías clave, como el hidrógeno, P2X y la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS), están desempeñando un papel decisivo en la consecución de emisiones netas cero. No obstante, aún persisten incertidumbres, especialmente en Oriente Medio y los Estados del Golfo. La expansión de estas tecnologías depende de habilitadores esenciales, como la reglamentación adecuada y oportuna y la innovación financiera. Asimismo, la ampliación y el refuerzo de la red de transmisión, así como las soluciones de almacenamiento de energía más flexibles, incluida la gestión de la demanda, son áreas reconocidas como de atención y acción a nivel mundial, con excepción de América Latina y el Caribe. La necesidad de una infraestructura sólida para suministrar energía a los mercados en crecimiento se vuelve esencial, dado que no existe transición energética sin una adecuada red de transmisión. Las prioridades en materia de acción climática varían según las regiones, abarcando mitigación, adaptación y compensación, e incluyendo aspectos más amplios como la seguridad alimentaria y el estrés hídrico. La interdependencia de los sistemas hídricos, energéticos y alimentarios es una prioridad para los encuestados africanos, aunque sigue siendo incierta en América Latina y el Caribe.

En cuanto a las políticas y normativas, hay una creciente incertidumbre sobre los entornos políticos necesarios para transformar la demanda de energía en todos los sectores, incluida la eficiencia energética. La gestión de la demanda ha emergido como un nuevo imperativo político para lograr un sistema eléctrico estable. Aunque existen diferencias regionales en cuanto al progreso de las soluciones comerciales, el World Energy Issues Monitor 2024 destaca la complejidad y el carácter multifacético de las transiciones energéticas, subrayando que no existe una solución única para abordar estos desafíos. Las divergencias regionales reflejan el apetito por el riesgo, las diferencias culturales, de recursos y económicas, y las perspectivas intergeneracionales.

Finalmente, para que las transformaciones del sistema energético sean exitosas, es necesario liderar con diversidad, aprendiendo de las diferencias y fomentando diálogos de calidad para conciliar perspectivas divergentes y permitir una colaboración eficaz adaptada a cada contexto. El World Energy Issues Monitor 2024 proporciona una visión integral de un panorama energético cambiante, ofreciendo perspectivas clave que pueden orientar la toma de decisiones estratégicas y la formulación de políticas para la transición energética global.

Para leer más ingrese a:

https://www.worldenergy.org/publications/entry/world-energy-issues-monitor-2024

https://www.worldenergy.org/assets/downloads/Issues_Monitor_2024_-_Full_Report.pdf?v=1730892014