Los abundantes recursos naturales de Sudáfrica le brindan la oportunidad de convertirse en líder mundial en energías renovables y producción de hidrógeno ecológico. Su singular geografía, a horcajadas de las principales rutas marítimas que conectan Asia con el hemisferio occidental, la convierte en un centro ideal para la producción, el abastecimiento y la exportación de combustibles marítimos sin emisiones. Estas oportunidades globales podrían alejar al país de los combustibles fósiles, transformar la economía nacional, crear oportunidades de empleo en nuevos sectores y mejorar la vida de sus habitantes. La descarbonización de la producción de energía es un imperativo climático para el planeta y la contribución de Sudáfrica está consagrada en su compromiso de llegar a cero emisiones netas en 2050. Proporcionaría el suministro eléctrico seguro, confiable y asequible que el país necesita urgentemente. El año pasado, los cortes de suministro batieron nuevos récords y afectaron a todos los niveles de la sociedad y la industria. Una combinación energética e industrial limpia también protegería a Sudáfrica del riesgo a corto plazo que suponen para su economía de exportación los impuestos sobre el carbono de sus principales socios comerciales. De cara al futuro, una economía basada en las energías renovables y el hidrógeno verde podría sentar las bases para que el país produjera y exportara moléculas con cero emisiones de carbono, como el amoniaco y el metanol limpios, esenciales para descarbonizar el transporte mundial y los procesos industriales pesados. Esta transición podría añadir cerca de un 6% al PIB y 2 millones de nuevos puestos de trabajo, en un país en el que los niveles insostenibles de desempleo, pobreza y desigualdad dominan el discurso político. La coalición reunió al transporte marítimo y al transporte por carretera en un solo taller para suscitar ideas intersectoriales y poner de relieve las sinergias, dado que ambos sectores se enfrentan a retos y facilitadores similares en torno a la financiación, las infraestructuras y la competitividad. Hay signos alentadores de progreso. El Gobierno ha promulgado políticas de vanguardia climática destinadas a descarbonizar el transporte, comercializar hidrógeno verde y desarrollar la cadena de valor de las energías renovables. Ha elaborado un plan de inversiones para la transición energética justa, con un presupuesto de casi 1,5 billones de ZAR. El Banco Mundial ha completado estudios de prefactibilidad de varios grandes proyectos de hidrógeno verde. Los participantes en el taller coincidieron en que la combinación de fuerzas entre el transporte marítimo y el transporte por carretera podría reforzar las señales de demanda y oferta de las tecnologías de emisiones cero que son la clave para descarbonizar ambos sectores. La transición de los sectores de la energía y el transporte de Sudáfrica no está sólo en manos de su gobierno. El sector privado, los bancos multilaterales de desarrollo y los países industrializados tienen que desempeñar un papel fundamental para generar demanda de soluciones con bajas emisiones de carbono y reducir el riesgo de la financiación necesaria para las enormes inversiones en nuevas infraestructuras.
Será necesaria la colaboración de todos estos actores para conectar la demanda mundial y los recursos financieros con una cartera nacional de proyectos listos para suministrar los combustibles del futuro que Sudáfrica está tan bien preparada para producir. Como uno de los principales contribuyentes a la economía mundial, Sudáfrica se enfrenta a una creciente presión política y económica para descarbonizarse. Sin embargo, el país ya se enfrenta a una crisis energética que le cuesta entre un 2 y un 3% del crecimiento del PIB. Equilibrar la necesidad de descarbonización con la seguridad del empleo, el impacto en la comunidad y la equidad social sigue siendo un reto complejo. A medida que los principales socios comerciales del país aplican políticas que incluyen impuestos fronterizos sobre el carbono para alcanzar sus objetivos de emisiones netas cero, hasta el 35% del valor de las exportaciones del país podría estar en peligro si no se prosigue con la descarbonización. Mientras tanto, el estado de la red eléctrica -que funciona a poco más del 50% de su capacidad- y la necesidad de mejorar las infraestructuras de carreteras, ferrocarriles y puertos limitan la viabilidad del desarrollo de tecnologías bajas en carbono. Las barreras financieras, como los elevados tipos de interés, las bajas tasas internas de rentabilidad y las estructuras de capital insuficientes, crean importantes obstáculos para la financiación de los proyectos. Garantizar la financiación es fundamental para ampliar y comercializar las tecnologías con bajas emisiones de carbono, especialmente en los mercados emergentes, donde los costos de capital y los tipos de interés son notablemente elevados. Sudáfrica tendrá que explorar instrumentos de financiación no tradicionales y novedosos para financiar la transición, como el desarrollo de proyectos de combustibles de emisiones cero, la fabricación de camiones de emisiones cero, la mejora de las infraestructuras portuarias y de transporte de mercancías por carretera, y la mejora y ampliación de la red eléctrica. La geografía, el espacio y la abundancia de viento, sol y agua de Sudáfrica ofrecen un enorme potencial para que el país se convierta en un centro mundial de energías limpias y renovables. Con unos 920 GW de recursos eólicos y solares, Sudáfrica tiene la oportunidad de acelerar el despliegue de energías renovables para suministrar a su población una electricidad más asequible y confiable, salvaguardando al mismo tiempo el reciente compromiso del país de alcanzar el objetivo de energía neta cero para 2050. Sin embargo, como decimoquinto emisor mundial, con más del 80% de su mix eléctrico dependiente de un parque envejecido de centrales eléctricas de carbón, hay retos que superar para hacer realidad esta oportunidad. Un sistema energético basado en las energías renovables mitigaría los riesgos comerciales que plantea la transición de las naciones más industrializadas. Los principales socios comerciales de Sudáfrica están aplicando políticas como los impuestos fronterizos sobre el carbono para alcanzar sus objetivos de emisiones netas cero, por lo que hasta el 35% del valor de las exportaciones del país podría estar en peligro si no se lleva a cabo la descarbonización.
Un sector próspero de energías renovables también podría impulsar nuevas oportunidades como la producción de hidrógeno verde y la fabricación de combustibles de emisiones cero (ZEF), que no sólo apoyarían la descarbonización de las industrias pesadas del país, sino que también aumentarían la competitividad de sus exportaciones y de toda su economía. Las cifras son ambiciosas, pero alcanzables. Sudáfrica puede alcanzar el cero neto en 2050 instalando 190 GW de energías renovables, lo que supondría una reducción de aproximadamente el 60% de las emisiones de carbono. Esto requiere la instalación de 6-7 GW de capacidad renovable cada año hasta 20304, un reto considerable si se tiene en cuenta que el país sólo ha instalado 6,1 GW en total durante la última década. No obstante, hay unos 20 GW de capacidad en proyecto, lo que representa aproximadamente un tercio de los 60-70 GW necesarios para 2030 a fin de alcanzar el extremo inferior del objetivo de su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) para 2030. La inversión total necesaria para que Sudáfrica alcance el objetivo de cero emisiones netas en 2050 asciende a más de 6 billones de ZAR, de los cuales aproximadamente la mitad se necesitan en el sector energético. La buena noticia es que, de los 310.000 millones de ZAR de inversión en energías renovables necesarios para 2030, alrededor del 60% es suficientemente financiable y maduro para ser financiado principalmente por fuentes del sector privado. La financiación internacional del desarrollo será necesaria para financiar inversiones «no financiables» y apoyar el desarrollo de la industria verde del hidrógeno. Para dar cabida a esta cantidad de nueva capacidad energética, se necesitan grandes inversiones para ampliar, reforzar y modernizar la deficiente red eléctrica sudafricana. Dada la capacidad actual de la red, sólo podrían añadirse unos 30 GW de energías renovables, muy por debajo de los 190 GW necesarios para el sistema eléctrico en 2050. Para 2030, habrá que construir 30 GW más de capacidad, siendo las zonas costeras las fuentes óptimas de energía renovable. Se necesitarán al menos 14.000 km de nuevas líneas eléctricas para transmitir la capacidad renovable adicional. Ante el empeoramiento de los cortes de carga durante 2023, los participantes en el taller debatieron la urgente necesidad de estabilizar la seguridad y confiabilidad energéticas.
El informe analiza los retos y oportunidades que enfrenta Sudáfrica en su transición hacia una economía descarbonizada en los sectores de transporte marítimo y terrestre. Sudáfrica, como un importante contribuyente a la economía global, enfrenta presión política y económica para reducir sus emisiones de carbono. Sin embargo, esta transición es complicada debido a la actual crisis energética que afecta el crecimiento del PIB del país, así como a la necesidad de equilibrar la descarbonización con la seguridad laboral y la equidad social. El país debe mejorar su red eléctrica, que opera a solo el 50% de su capacidad, y modernizar la infraestructura de carreteras, ferrocarriles y puertos para desarrollar tecnologías de baja emisión de carbono. Las barreras financieras, como las altas tasas de interés y la falta de capital, también limitan el financiamiento de estos proyectos. A pesar de estos desafíos, Sudáfrica tiene el potencial de convertirse en un líder en tecnología limpia y en un modelo a seguir para una transición energética justa en mercados emergentes. Con su alto potencial en energías renovables y su posición estratégica en el comercio marítimo global, Sudáfrica puede liderar en la producción de hidrógeno verde, transformando sus puertos en centros de abastecimiento de combustible verde para el transporte marítimo internacional, y desarrollando infraestructura para utilizar hidrógeno verde en el transporte comercial por carretera. El sector del transporte por carretera, que es fundamental para el comercio en Sudáfrica, enfrenta barreras clave como la falta de infraestructura de recarga para camiones de cero emisiones, altos costos y la falta de políticas de apoyo. Las soluciones incluyen asociaciones público-privadas para desarrollar corredores verdes, mejorar la capacidad y la resiliencia de la red eléctrica, y proporcionar incentivos para la adopción de camiones de cero emisiones. El transporte marítimo también presenta oportunidades significativas debido a la geografía favorable de Sudáfrica y su potencial para el hidrógeno verde. Sin embargo, enfrenta desafíos como la alta demanda global de combustibles de cero emisiones, los costos elevados de los combustibles electrónicos y la necesidad de inversiones en nueva infraestructura portuaria. El informe concluye que la transición de los sectores de energía y transporte en Sudáfrica requiere la colaboración de actores públicos y privados, bancos multilaterales de desarrollo y países industrializados para conectar la demanda global y los recursos financieros con una cartera de proyectos nacionales listos para producir los combustibles del futuro.
Para leer más ingrese a:
https://www.weforum.org/publications/decarbonizing-south-africa-s-shipping-and-trucking-sectors/
https://www3.weforum.org/docs/WEF_Decarbonizing_South_Africas_Shipping_and_Trucking_Sectors_2024.pdf