GUÍA PARA EL DESARROLLO DE COMUNIDADES ENERGÉTICAS HACIA EL FOMENTO DE ECONOMÍAS LOCALES.

GUÍA PARA EL DESARROLLO DE COMUNIDADES ENERGÉTICAS HACIA EL FOMENTO DE ECONOMÍAS LOCALES.

 La necesidad de acelerar la descarbonización del sistema energético, democratizar la energía y lograr ampliar la cobertura del servicio, ha llevado a un renovado interés en el concepto de comunidades energéticas. Las comunidades energéticas se conocen como: “entidad legal donde los ciudadanos, las PYMES y las autoridades locales se unen, como usuarios finales de energía, para cooperar en la generación, la distribución del consumo, el almacenamiento, el suministro, la agregación de energía de fuentes renovables u ofrecer eficiencia energética y/o servicio de gestión de la demanda.” Estas comunidades permiten: i) aumentar la capacidad de generación a través de energías renovables, promoviendo la seguridad energética robusteciendo la matriz energética nacional, ii) movilizar capital público y privado, iii) proporcionar flexibilidad al sistema eléctrico, iv) empoderar a los consumidores y v) facilitar el acceso a los servicios energéticos. Desde el equipo liderado por Camino Hacia Carbono Neutral (CHCN), la Mesa de Energía de Colombia (MECO), el Fondo de Energías no Convencionales (FENOGE) y con los comentarios y sugerencias de la oficina de cambio climático y comunidades energéticas del Ministerio de Minas y Energía se desarrolla el presente documento que contiene una guía para la formulación de una iniciativa de comunidades energéticas que fomente las economías locales en el contexto colombiano. Se espera qué el contenido de este documento permita avanzar de manera guiada en el entendimiento de los temas claves requeridos para la formulación y estructuración de proyectos de comunidades energéticas. Es importante tener en cuenta que a través de los anexos del presente documento los interesados podrán ajustar la información suministrada según las realidades particulares de cada territorio en el que se desee implementar. Colombia cuenta con zonas de gran potencial para la generación de energía a partir de Fuentes No Convencionales de Energía – FNCE- como lo son la solar, eólica, biomasa e hidráulica. En ese sentido, el concepto de comunidades energéticas se ha desarrollado paulatinamente a través de un enfoque innovador y descentralizado con el objetivo de generar, distribuir y permitir el acceso al consumo de energía. Bajo este modelo, la participación y empoderamiento de la ciudadanía y población local quienes hacen parte de las comunidades energéticas es fundamental para promover la sostenibilidad y acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable. Por ende, en este documento se plantea una guía para conformar, materializar y visibilizar comunidades energéticas del país. Todo esto, a partir del entendimiento de los componentes técnicos como lo son la identificación de la fuente, el potencial de generación, entre otros, que deben ser ejecutados por equipos especializados, y los componentes sociales como el plan de gobernanza, administración, operación y mantenimiento, de la mano con un esquema de gestión de riesgos y acompañado de mecanismos de financiación. Presentar las características generales y conceptos requeridos para la estructuración de un proyecto que fomente y desarrolle comunidades energéticas a nivel territorial. Promover la descarbonización del energético a nivel territorial.  

Promover la descarbonización del sector. Agilizar la formulación y diseño de proyectos de conformación de comunidades energéticas, con el fin de reducir costos y tiempo de implementación de dichos proyectos. Divulgar información clara, expresa y concisa, de carácter diferenciada y comprensible a los entes territoriales relacionadas al desarrollo de comunidades energéticas emergentes. Contribuir al fortalecimiento de las capacidades de los territorios en el acceso al financiamiento, mediante la formulación de proyectos con un alto nivel de calidad, basados en un proyecto tipo. La meta climática de Colombia al 2030 busca disminuir en un 51% las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Para ello, en 2020 como parte de la actualización de la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC) se establecieron cerca de 196 medidas de adaptación y mitigación al cambio climático. Específicamente, la medida 4, denominada generación de electricidad, tiene como objetivo la diversificación de la matriz energética colombiana, la promoción de la autogeneración de energía mediante fuentes alternativas y la transformación de la generación energética en las Zonas No Interconectadas y su cobertura. Según las estimaciones econométricas de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), se estima que para 2025 la demanda de energía en el país se encuentre en niveles diarios entre 191 a 232 GWh(Gigavatio por hora)-día, lo que representará un aumento del 3,1% frente a la demanda de 2021. Aunado a que, a mediano plazo, la tasa de crecimiento promedio año se estima sea entre el 2,22% y el 3,35% para el período 2022-2036. Con una demanda en crecimiento y una necesidad de diversificación de las fuentes de generación de energía, se hace fundamental incentivar la adecuación de instalaciones y soluciones de autogeneración a pequeña escala y promover una cultura de uso racional, eficiente y sostenible de la energía paralelo a la aplicación de buenas prácticas de consumo de energía eléctrica. Para ello, las comunidades energéticas se plantean como una solución viable dado que permiten: (i) aumento en la prestación del servicio a nivel nacional (ii) diversificación de la matriz energética (iii) servicio de calidad, continuo, seguro, asequible, no contaminante, (iv) aprovechamiento de los potenciales energéticos de las regiones donde son implementados e (v) incluir a las comunidades en su implementación de forma que se asegure la sostenibilidad del proyecto, el fortalecimiento de las capacidades organizativas y la apropiación de la tecnología. La Estrategia Climática de Largo Plazo (E2050) tiene como objetivo principal la descarbonización de la economía, la construcción de una sociedad resiliente al cambio climático y la carbono neutralidad del país al 2050. Algunos de sus compromisos clave incluyen la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la promoción de energías renovables, la conservación de ecosistemas y la adaptación a los impactos del cambio climático. También se centra en la participación ciudadana y la integración de consideraciones climáticas en diferentes sectores, como agricultura, transporte y urbanismo.  

Bajo el contexto de la promoción del desarrollo de energías renovables, la transición energética justa es un proceso que implica la transformación de los sistemas energéticos actuales en un modelo bajo emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), más justo y sostenible. Para ello, existen dos modelos: (i) Autogeneración colectiva en la cual la comunidad produce energía eléctrica y/o hace uso eficiente de la energía principalmente, para atender sus propias necesidades. Sin embargo, en el evento en que se generen excedentes de energía eléctrica a partir de tal actividad, estos podrán entregarse a la red con potencia instalada igual o inferior a 1.000 kW -1 MW- . y (ii) el modelo de generación distribuida o descentralizada es un modelo que consiste en la generación de energía eléctrica mediante pequeñas fuentes de generación que se instalan cerca de los puntos de consumo. La generación distribuida se basa en la cooperación entre esta microgeneración y la generación de las centrales convencionales. Bajo este concepto, la generación no depende de las grandes centrales y puede desarrollarse a través de energías renovables, lo que contribuye a reducir las emisiones de CO2 (en los casos en que la generación sea con dependencia de combustibles fósiles). Las principales características de la generación distribuida son: reducción de las pérdidas en la red eléctrica (la generación cercana al punto de consumo disminuye pérdidas de transporte y distribución), mejora en la calidad y confiabilidad del servicio (al tener pequeñas fuentes de generación un fallo no repercute en grandes fallas del sistema), uso de energías renovables. En este sentido, las comunidades energéticas son una forma de generación distribuida que incluye como beneficio adicional la participación ciudadana en el esquema. Esta participación no es solo desde el rol de beneficiario sino van desde el rol de líder, administrador, propietario y usuario. Actualmente, no existen alternativas de solución distintas para el desarrollo de sistemas energéticos que involucren a las comunidades de forma activa y participativa. Por lo cual, bajo este esquema asociativo, es posible la reducción de los costos de electricidad, ahorros por un consumo más eficiente y fuentes de ingresos adicionales y la mitigación del cambio climático. 

 

El informe destaca la importancia de acelerar la descarbonización del sistema energético, democratizar la energía y aumentar la cobertura del servicio. Este contexto ha renovado el interés en las comunidades energéticas, que se definen como entidades legales donde ciudadanos, PYMES y autoridades locales cooperan en la generación, distribución, consumo, almacenamiento, suministro y gestión de energía de fuentes renovables, promoviendo la eficiencia energética. El documento, desarrollado por Camino Hacia Carbono Neutral, la Mesa de Energía de Colombia y el Fondo de Energías no Convencionales, con aportes del Ministerio de Minas y Energía, pretende ser una guía para formular iniciativas de comunidades energéticas que impulsen las economías locales en Colombia. Se espera que el contenido permita entender los aspectos clave para la estructuración de proyectos, adaptándolos a las realidades locales a través de los anexos. Las comunidades energéticas buscan aumentar la generación de energías renovables, fortalecer la seguridad energética, movilizar capital público y privado, proporcionar flexibilidad al sistema eléctrico, empoderar a los consumidores y facilitar el acceso a servicios energéticos. Adicionalmente, se destaca la importancia de la participación y liderazgo de mujeres y otros colectivos minoritarios en estos proyectos, promoviendo una transición energética justa. El informe detalla los objetivos, beneficios, marco normativo, conformación de proyectos y caracterización del territorio. Asimismo, aborda las necesidades energéticas, definición de fuentes no convencionales aplicables, requisitos mínimos de implementación, plan de gobernanza, ciclo de vida del proyecto, plan de apropiación social y cultural de la tecnología, sostenibilidad y gestión de riesgos. También se mencionan mecanismos de financiación y acciones para el fortalecimiento de capacidades y conocimiento de los miembros de la comunidad. En resumen, esta guía ofrece un marco integral para desarrollar comunidades energéticas en Colombia, fomentando la participación ciudadana y la sostenibilidad energética, con un enfoque inclusivo y adaptado a las particularidades locales.  

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