El desarrollo de tecnologías climáticas enfrenta obstáculos que ralentizan su adopción a gran escala. Aunque estas innovaciones son fundamentales para alcanzar los objetivos de descarbonización, los altos costos, la incertidumbre regulatoria y las dificultades en la comercialización han limitado su crecimiento. Sin embargo, la historia de transiciones energéticas anteriores muestra que superar estos desafíos es posible mediante estrategias adecuadas en estandarización, inversión, regulación y creación de mercados.
Las barreras técnicas han sido un factor determinante en el lento despliegue de muchas tecnologías emergentes. En el caso de la energía eólica, la falta de estándares en las primeras etapas del desarrollo generó altos costos y una limitada confiabilidad. No obstante, la introducción de regulaciones técnicas y la modularización de componentes permitieron reducir costos y mejorar la competitividad. De manera similar, la adopción de especificaciones estándar para tecnologías actuales como el hidrógeno o los reactores modulares pequeños facilitaría su producción y aceleraría su implementación en diferentes regiones. Las dificultades en la comercialización también han afectado a las tecnologías climáticas emergentes. En el pasado, la expansión de las turbinas de gas de ciclo combinado fue posible gracias a la demanda de sectores industriales dispuestos a pagar por energía confiable. En la actualidad, el desarrollo de combustibles sostenibles para aviación o el almacenamiento de energía a largo plazo podría beneficiarse de estrategias similares, donde sectores con alta disposición de pago impulsen la adopción inicial hasta que los costos se reduzcan y las tecnologías sean viables a mayor escala.
Los obstáculos en la creación de mercados han representado otro desafío significativo. La infraestructura requerida para distribuir nuevas fuentes de energía, como el hidrógeno verde, sigue siendo limitada, lo que impide su comercialización masiva. Experiencias pasadas, como el crecimiento del gas natural licuado, muestran que los acuerdos financieros pueden ayudar a mitigar riesgos para los inversionistas. Los contratos de peaje, utilizados en proyectos de gas natural, permitieron que operadores de terminales de licuefacción generaran ingresos estables sin estar expuestos a la volatilidad del mercado. Aplicar esquemas similares en el sector del hidrógeno podría incentivar mayores inversiones y acelerar el crecimiento del mercado. Los marcos regulatorios han influido directamente en la expansión de energías renovables, como la solar. Alemania implementó incentivos financieros combinados con normativas que garantizaron demanda a largo plazo, lo que permitió la reducción de costos y la masificación de la tecnología. En contraste, la incertidumbre en políticas de apoyo ha dificultado la planificación de inversiones en tecnologías emergentes, lo que evidencia la necesidad de regulaciones claras y sostenibles en el tiempo.
Superar los desafíos que enfrentan las tecnologías climáticas no requiere enfoques completamente nuevos, sino la aplicación de estrategias que han demostrado ser efectivas en transiciones energéticas anteriores. La estandarización, la identificación de mercados iniciales, la mitigación de riesgos para inversionistas y la implementación de políticas estables pueden facilitar la adopción de estas innovaciones. A medida que el mundo avanza hacia un sistema energético con menores emisiones, la combinación de estos enfoques permitirá que las nuevas tecnologías climáticas se integren de manera efectiva y sostenible en la economía global.
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